Un día como hoy, pero de 2001, la muerte del futbolista Pablo Hernán Gómez Manzanella enluteció al club blanquiazul.
El argentino venía de San Luis Potosí, donde visitó a su cuñado, el también futbolista Ariel González. La impuntualidad nunca fue su defecto, por lo que esa “loca carrera” de regreso a Pachuca terminó por arrebatarle la vida.
El sudamericano transitaba en un sedán Lincoln Town Car por la carretera Portezuelo-Huichapan, a la altura de la curva La Manga, cuando perdió el control y la unidad volcó.
En el accidente también murió su esposa, Mónica González, mientras que sus hijos Leandro –el mayor– presentó una fractura y lesiones leves; en tanto, Paola Micaela resultó ilesa.
Fueron elementos de la Policía Federal Preventiva quienes dieron a conocer que el percance se registró cerca de las 17:40 horas. Sin embargo, la mayoría de la afición se enteró del deceso hasta la noche, pues fue el suceso con el que los noticieros abrieron sus espacios.
El público tuvo la oportunidad de despedir a su ídolo en una misa de cuerpo presente en el estadio Hidalgo; en tanto, seis días después dedicaron el triunfo (2-0) sobre Chivas, en Guadalajara, a la memoria de Pablito y, posteriormente, la directiva retiró para siempre el dorsal 20.
La aventura de Gómez Manzanella en la Bella Airosa comenzó en el Verano 1999, destacando por su habilidad dentro del campo, siendo parte fundamental del primer título del Pachuca.
Disputó 75 partidos de liga con los Tuzos, en los cuales aportó 19 goles, seis de ellos en la fase final del Invierno 1999.
Un día antes de su deceso, el argentino disputó su último duelo en el Hidalgo, contra Irapuato, el cual resume su paso con Pachuca; dio dos asistencias a Pedro Pineda, una de ellas de “puro corazón”, pues recibió una falta de Issac Terrazas; sin embargo, siguió la jugada y terminó en gol.
Su hijo, con 24 años, mantiene vivo su legado en el futbol mexicano con Correcaminos, de la Liga de Expansión.
Alejandro Velázquez I Pachuca
Te puede interesar Van por pasito hacia Catar 2022