Huasca de Ocampo, el primer Pueblo Mágico de Hidalgo ¡Conócelo!
 
Hace (33) meses
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Nombrado como Pueblo Mágico en 2001, Huasca de Ocampo es reconocido por su belleza natural, la aventura, el frío de la montaña, sus leyendas y emociones extremas. El nombre de Huasca deriva del náhuatl Huascazaloyam, que significa “lugar de pájaros, agua, vegetación y alegría”

Peña del Aire

A más de 3 mil pies de altura podemos encontrar la Peña del Aire, un atractivo natural inconfundible, ya que la enorme roca es denominada porque parece que flota.

Perteneciente de la Barranca de Metztitlán, forma parte de las 96 mil hectáreas de áreas protegidas de la Reserva de la Biosfera, con flora y fauna endémica que se puede admirar a través de sus múltiples miradores. Este increíble lugar conecta a las tres famosas huastecas del país: la Huasteca Veracruzana, la Potosina y, por supuesto, la Hidalguense.

Una de las principales actividades que no te vas a poder perder en este gran lugar es subirte a la tirolesa del cañón, una inigualable experiencia de adrenalina, en la que vas a poder pasar a un lado de la piedra que levita, así como acampar, practicar rappel y, su más reciente atracción, el columpio extremo.

Prismas Basálticos

Dentro de sus más de 300 mil km2 de extensión territorial podemos encontrar bellezas naturales únicas en el estado, como los Prismas Basálticos, los cuales son formaciones geométricas que cubren las paredes de la Barranca de Santa María Regla, dentro de la Faja Volcánica Transmexicana. Uno de los centros ecoturísticos más importantes para el estado, mismo que es emblema del turismo hidalguense.

Se dice que estas columnas naturales surgieron por un escurrimiento de lava basáltica al fondo de una cañada de agua helada. Su enfriamiento rápido y constante provocó que el volumen de la lava se contrajera y se fragmentara en varias partes. El resultado final, con la ayuda de la erosión fluvial, fueron estos pilares de roca de forma poligonal. Existen prismas de roca basáltica de varios lados; en Huasca predominan los hexagonales.

En la actualidad, es reconocido como una de las 13 maravillas naturales de nuestro país y cuenta con múltiples actividades para toda la familia.

San Miguel Regla

Otro de los puntos más importantes que puedes visitar es San Miguel Regla, una comunidad que esconde múltiples atractivos, como la exhacienda de San Miguel y el bosque de las truchas.

Dotado de lagos, manantiales, hermosas vistas a través de los árboles y múltiples actividades, el bosque de las truchas es un esencial en la visita a Huasca. Este centro piscícola es nombrado como de las truchas por su cualidad de pesca de este delicioso pez, mismo que puede ser cocinado en los múltiples restaurantes de la zona de alimentos. También puedes degustar de múltiples estilos de trucha de la región en el corredor gastronómico.

A propósito de la trucha, otros dos centros piscícolas importantes del municipio son los criaderos de trucha del Zembo y del Huariche, ambos destinos hermosos en belleza natural, actividades turísticas relajantes e importantes en su preparación de este pez de agua fría.

Noches de leyendas

Huasca de Ocampo fue fundado entre los años 1760 y 1780 por don Pedro Romero de Terreros, conde de Regla por la corona española, quien construyó las haciendas de San Miguel Regla, San Francisco Javier, San Antonio Regla y Santa María Regla.

De este lugar hay infinidad de historias, es por ello que en el sitio se ofrece Noches de Leyendas, una atracción turística nacida en el primer Pueblo Mágico y apta solo para los más aventurados.

El paseo se inicia al caer la noche y dura aproximadamente dos horas, tiempo en el cual un monje te lleva por los callejones de Huasca mientras relata, con música en vivo, las leyendas más representativas del municipio.

El recorrido no es apto para cardiacos, ya que durante él verás algunas manifestaciones del más allá, como la aparición de la Llorona, con todo y su lamento, algunas brujas y hasta al mismísimo conde don Pedro Romero de Terreros. El paseo finaliza con una fogata y un ritual para la quema de pecados, además de que te dan una bebida de cortesía, pan y bombones.

La alfarería ancestral

Los orígenes del primer Pueblo Mágico de México son antiquísimos. Los habitantes fundadores hablaban lenguajes milenarios hasta culminar en el náhuatl, de allí su denominación de lugar de dicha y abundancia. Pero su lenguaje más antiguo fue de barro y de viento, de agua y de cantos esplendorosos de aves hermosas. La alfarería de Huasca es su cualidad más original, su esencia indiscutible y el sello distintivo. El barro de Huasca es de tonalidades ocres y naranjas, más cercano a la herrumbre mineral que a la sangre, pero no por eso menos distante del significado vital de lo que otorga vida.

Los yacimientos de barro están en el barrio La Palma, el Tizal y el Jilotillo. Esa tierra ha alimentado a encinos y a familias enteras al dejarse moldear dócilmente por innumerables manos y generaciones. El alfar o taller de los alfareros se ha ido sofisticando, pero todavía hay algunos creativos, como en el caso de José Franco (Taller El Ojitos), donde los jarros, los cajetes y las macetas se moldean a mano como en la antigua alfarería de basto que consistía en el estirado y el aplaste de la arcilla resultando en piezas únicas de irrepetibles patrones.

La diferencia entre alfarería y cerámica es meramente conceptual. Se pueden elaborar las mismas formas de jarrones, platos y juegos de té con la arcilla luminosa de Huasca, pero la única diferencia es la suntuosidad en el acabado de las piezas. Uno de los artesanos de técnica depurada y pasando su trabajo casi a la categoría de la alfarería de fino, lo decorativo y la cerámica es Bernardo Cordero, quien tiene su taller en el barrio La Palma.

El uso del torno en la alfarería y el horno para cocer las piezas apareció hace 3 mil 400 años en Mesopotamia, y en muchos talleres de Huasca se siguen utilizando básicamente las mismas técnicas que en las primeras civilizaciones del planeta. El Tajin, taller que debe su nombre a una pieza particular de medio oriente para la cocción de verduras hecha por la familia Sánchez Cortés, cumple con esa experiencia hacia el pasado artesanal para quien guste visitarlos.

El horno abierto, técnica que se ubica en la América indígena, se puede apreciar en el taller de José Alberto Cortés Sánchez, quien se especializa en piezas decorativas como los famosos honguitos y enseres propios para el uso culinario. Las piezas decorativas y los recuerdos que se obsequian en las bodas y en las fiestas de 15 años, son pedidos frecuentes para Maximino y Cipriano en sus respectivos talleres donde su creatividad se eleva como el humo blanco de sus hornos.

El alfar de Chucho Chávez es conocido por su elaboración industrial de la teja tipo Huasca y por sus cursos de escultura y moldeado. Felipe Cortés ha optimizado cada proceso en su amplio taller de alfarería. El Michoacano, quien radica en San Miguel Regla, hace ya varios años que introdujo los famosos “cantaritos”, muy populares en el centro de Huasca.

Las mujeres alfareras tienen a una digna representante en el Taller de Ifigenia Cortés Sánchez, con 40 años de experiencia, quien balancea sobre el piso un pesado molinillo con sus propias fuerzas para triturar finamente el barro, la materia prima de sus sueños.

Museo de los duendes

Otra de las experiencias sobrenaturales la puedes encontrar en el Museo de los Duendes, un peculiar sitio cubierto de heno que desde la entrada te recibe con objetos alusivos a estos singulares seres.

En sus tres salas encontrarás paredes repletas de elfos, trolls, gnomos, chaneques y hadas o duendinas, reposados en nichos redondos, triangulares y cuadrados con su nombre, características y labor. Pueden leerse textos de protección, creatividad, adolescencia, longevidad, dinero, salud y fecundidad. La gente suele dejarles monedas, dulces, cigarros u objetos personales a cambio del cumplimiento de alguna petición.

También encontrarás un espacio para realizar un ritual con un péndulo que cuelga del techo y un círculo formado con piedras en el piso con diamantina al interior y un plato con monedas, te explican que debes colocarte en el centro con los ojos cerrados y los brazos extendidos para limpiar tu aura.

Cristina Cortés de Herwig, autora del libro Duendes, fundó este museo en el año 2000, luego de que uno cortara un columpio de la crin de su caballo Bandolero, según cuenta. En este espacio, los sábados por la noche acostumbran hacer una caminata por el bosque de heno con camino al Árbol de los Deseos, con más de 400 años de antigüedad, donde algunos aseguran haber captado duendes con sus cámaras.

Sin duda alguna, Huasca de Ocampo es con justa razón reconocido como el primer Pueblo Mágico de nuestro país, ya que entre sus atractivos naturales, deportes extremos, cultura, gastronomía, leyendas y demás atracciones con las que busca agasajar a nacionales y extranjeros en cada una de sus visitas.

Una excelente opción para un fin de semana en familia, para una cita romántica o un festejo con los amigos. Por algo múltiples películas y producciones cinematográficas de la talla de La leyenda del Zorro se han filmado aquí; asimismo, es un municipio que sigue innovando en el desarrollo de su oferta turística para mantenerse a la vanguardia.

Elizabeth Ortiz

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