Lo que no se dice de estas ceremonias es que las premiaciones como el Oscar responden a agendas específicas en determinadas circunstancias
La temporada de premios a lo mejor del cine en Estados Unidos comenzó el pasado 7 de enero con los Globos de Oro y culmina con los Óscar, el próximo 10 de marzo. Aunque todas estas ceremonias suponen el reconocimiento a las producciones más destacadas del año anterior, muchas veces, la premiación pasa por aspectos que no son tan evidentes.
Para el público en general, los premios son un indicador de que una película es “buena”, esto es, que tiene una buena historia, actores, fotografía, etc. La industria cinematográfica norteamericana ha logrado afianzar así ciertas producciones para que sigan teniendo exposición en cines y plataformas de streaming, lo cual se traduce en ingresos.
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Hollywood es una industria. Por eso, el premio más importante de dichas ceremonias va para los productores. Como audiencia mexicana, los Premios de la Academia son un referente porque el cine norteamericano es el que más consumimos; así lo refleja el Anuario Estadístico del IMCINE cada año.
Lo que comúnmente no se dice de estas ceremonias es que las premiaciones responden a agendas específicas en determinadas circunstancias. El caso concreto de los premios Óscar basta para servir de ejemplo. En 2016 se critica a la Academia en redes sociales con la etiqueta #OscarsSoWhite por la nula diversidad entre el grupo de nominados.
Al año siguiente, los premios al mejor actor y actriz de reparto van para representantes afroamericanos, Viola Davis y Mahershala Ali, lo mismo que mejor película a una producción afroamericana, Moonlight. Lo aquí expuesto no pretende demeritar el magnífico trabajo de Davis ni de Ali, ni tampoco restar virtudes de la excelente Moonlight.
En 2015, Donald Trump se lanza en contra de los mexicanos, en 2016 el Óscar va para Birdman, película del mexicano Alejandro González Iñárritu. En 2019 se critica la baja calidad de las cintas norteamericanas premiadas; en 2020 el Óscar va para una película de Corea del Sur, Parasite. Año con año, estos premios pueden entenderse desde un contexto más amplio, que no se reduce exclusivamente a los méritos cinematográficos.
Esta lectura redimensiona estos eventos teniendo en cuenta una perspectiva crítica, una competencia esencial para entender nuestro mundo contemporáneo.
Francisco González Romo de Vivar
Profesor de la Escuela de Humanidades y Educaciòn, Tecnológico de Monterrey en Hidalgo
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