Una vida más feliz, perdonándote a ti mismo
 
Hace (38) meses
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Queridos lectores, a unos días de que haya comenzado un nuevo año, escribiré sobre un tema que muchos escuchan o leen constantemente, pero que pocas veces llevamos a la vida real de manera práctica, pero que al realizarlo uno se libera completamente y comienza una nueva y mejor vida. Comenzamos.

Uno de los desafíos emocionales más importantes que uno debe afrontar es, precisamente el de perdonarse a uno mismo. El pasado es una pesada carga que siempre nos acompaña, y muchas veces en lugar de aligerarla, la hacemos más insoportable con nuestras malas decisiones.

Entre esas malas decisiones, una de las peores es no perdonarte a ti mismo. Pero en sí, ¿qué es? ¿Qué pasos hay que seguir? ¿Cómo sabes cuándo lo has conseguido?

Empecemos diciendo qué es perdonarse a sí mismo:

Perdonarse a sí mismo es un proceso introspectivo en el cual analizamos profundamente nuestro apego, rencor u orgullo hacia cierta persona que nos ofendió o hacia alguna circunstancia desfavorable, para después eliminar todas esas cadenas que nos mantienen mentalmente sufriendo.

No se trata de olvidar. La amnesia autoinducida no sería perdonar, sería olvidar, lo cual es totalmente diferente. Para la mente es más satisfactorio y benéfico perdonar que olvidar.

Desde la Psicología, se plantea que cualquier trauma, por más olvidado que esté, no ha sanado. Este sigue ahí, en nuestro subconsciente, y podría revivir en el presente si las circunstancias lo estimulan, haciendo un daño más terrible a la persona que si hubiera sido tratado adecuadamente desde el principio.

Lo mismo ocurre con el perdón. Puedes pretender que olvidaste lo que te hizo sufrir, incluso a quien te agredió, pero la espina sigue ahí; solo es que hagas un movimiento en falso para que se te clave y empieces a sangrar de nuevo. Pues bien, para evitar ello la única cura verdadera es perdonarnos a nosotros mismos.

Muchas personas pueden perdonar fácilmente las ofensas de los demás, pero no las propias. Esta forma de autocastigarse está influenciada por un ego muy fuerte que se considera a sí mismo demasiado importante e infalible.

Como no existe nadie que no cometa errores, este ego se recrimina constantemente cuando erra. No deja pasar las cosas así no más. Encuentra cierto deleite, cierto orgullo en victimizarse; esto ocurre con más frecuencia si recibe señales externas que validen su postura, es decir, si las personas lo consienten o le prestan atención.

Otra razón por la cual perdonarse a sí mismo es tan difícil es porque el día a día recuerda las consecuencias de la mala decisión que ocasionó, precisamente, la necesidad de perdón.

¿Cómo perdonarse a uno mismo por los errores del pasado?

No hay un proceso exacto e infalible para aprender cómo perdonarse a sí mismo por los errores del pasado. Vamos a ofrecerte una alternativa que, si bien no es perfecta porque cada mente y cada situación tienen sus particularidades, sí puede serte muy útil.

  • Entiende que eres humano

Cientos de veces olvidamos la premisa simple y llana de que somos humanos. Errar, fracasar, fallar, mentir, todo es parte de lo que somos.

Si te estás preguntado “¿cómo me perdono a mí mismo?”, empieza entendiendo que eres un humano de carne y hueso, que por tanto se equivoca. El pasado de todos, de absolutamente todos los humanos, está plagado de errores. No eres la excepción.

  • Acepta lo que pasó

No es posible perdonar si no aceptas el hecho que lo ocasionó todo. No importa si eres el agresor o el agredido, si fue con intención o un caso fortuito, si hubo heridos o muertos… Lo importante es que aceptes lo que sucedió, y que por más que ataques, ya sea a ti mismo o a los demás, el pasado no va a cambiar.

  • Analiza tus sentimientos y tus pensamientos

Debes evaluar, después del periodo de aceptación, qué está ocurriendo en tu mente en este momento. Si hay tristeza, se llora. Si hay arrepentimiento, se siente. Si hay rencor, se observa.

Trata de estar un tiempo con toda esa carga emocional y mental, pero solo observándola, entendiéndola, aceptándola. No debes forzarte para liberarte de ella. Eso crearía más tensión nerviosa de la que ya tienes.

Ten en cuenta que muchas veces perdonarte a ti mismo se hace muy difícil porque hay un sentimiento de culpa que no aceptas. Buscas deshacerte de este bruscamente de la noche a la mañana, y eso no es posible. Es un proceso. Toma tiempo.

  • La herida fue cuestión de minutos, pero la curación requerirá de semanas.

Tampoco debes intentar complacer exageradamente a la víctima, en caso de que tú hayas sido el agresor. Es decir, sí, debes tratar de reparar el daño, pero de una manera inteligente y sana para todos; no hay necesidad de humillarse creyendo que así demuestras arrepentimiento verdadero.

Humillándote, o siento rudo contigo mismo o con los demás, no lograrás perdonarte a ti mismo.

  • Observa el lado positivo de la situación

Siempre que sucede algo que calificamos como negativo, es bastante complicado ver el lado positivo, pero que sea difícil no significa que no lo haya. Todo error, toda circunstancia desfavorable siempre deja una lección importante.

Ten en cuenta que la única forma de crecer, de madurar y de desarrollar nuestro potencial es a través del ciclo repetitivo de intentar, fallar, intentar, fallar, intentar, conseguir. Siempre es así. Los científicos inventan cosas de ese modo; jamás es a la primera.

  • Sin equivocación no hay crecimiento.

En consecuencia, es relevante que pienses, después de haber aceptado la situación y evaluado tus sentimientos y pensamientos, sobre lo positivo… Si no encuentras nada positivo, al menos responde qué puedes aprender de lo que pasó.

  • Actúa ahora mismo

En este caso, dependiendo cuál fue la causa, deberás tomar ciertas medidas. Si alguien te hirió, perdónalo; si fuiste tú el agresor o el que cometió el error, remédialo. Ten en cuenta que hay casos donde no vas a poder reversar las cosas, pero eso no es una excusa para no hacer nada.

Siempre hay opciones. Debes responsabilizarte de tus acciones y hacer un esfuerzo sincero por arreglar la situación. Eso indica madurez.

El próximo articulo seguiremos con este interesante tema, y recuerda que estás a tiempo de crear la vida que te mereces, solo es cuestión de que te decidas a lograrlo.

Como siempre, te deseo, larga vida, salud y prosperidad.

Hasta la próxima.

Alberto Tristany Zarauza,

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