Marina Palacios Rodríguez comenzó en el dibujo en su niñez, pero fue la arquitectura lo que la ayudó a afinar su técnica. Entre ambas etapas, tomó y dejó el dibujo por años; actualmente elabora pinturas con muchos significados.

Como muchos artistas, Marina tomó esta actividad como una forma de expresión ante ciertos acontecimientos que necesitaba sanar. “En cuanto a cuándo comencé en específico con lo que ahora hago, pues fue porque necesitaba un desfogue o introspección (no consciente, ahora lo interpreto así). Terminé una relación de años y necesitaba reconectarme conmigo; escribir y dibujar me ayudó.

“Comencé con darle color a un dibujo que alguien me regaló, lo redibujé y comencé a colorear. Luego lo enmarqué y eso me hizo sentir muy feliz. Seguí dibujando lo que fuera, a veces tan solo son garabatos sin sentido. Tan solo dejo que mi mano se exprese”, contó.

Marina decidió subir sus dibujos a su red social y el algoritmo la llevó a perfiles similares. “Ahí, encontré uno en específico: una rusa que me atrapó con lo que hacía. Con el tiempo me impactaba por primera vez el lienzo blanco. No pude comenzar nada hasta que llegó el confinamiento de la pandemia.

Lo que más le llamó la atención a esta creadora para comenzar a dibujar fue el color. “¡Amo el color!”, comentó. Y para ella resulta muy atractiva la forma, el diseño a través de patrones repetitivos de la técnica zentangle, que en realidad no lleva color.

Aunque Palacios Rodríguez comenzó a dibujar como una forma de conectarse con lo que extrañaba, con el tiempo el interés se hizo más profundo durante el inicio de la pandemia cuando se abrió la posibilidad de clases en línea desde España.

“Comencé a conectarme, aunque fuera en horarios desfasados. Yo quería aprender y entender de qué va.
“Al ir practicando, fui descubriendo que el dibujo me conecto mucho con lo orgánico (flores, hongos, hojas, bichi-tos) y curiosamente también noté que puedo recrear lo que vivo en la montaña, pues soy corredora y es una de las actividades que más disfruto.

“Al tener que estar confinados durante la pandemia, lo que más extrañaba era mis senderos en la sierra de Guadalupe. Al dibujar cubrí mi curiosidad por la técnica zentangle y la ansiedad que me daba el estar encerrada y desconectada físicamente y en especial el no poder disfrutar de manera libre lo que amo tanto”, señaló.
Marina considera que algo que le inspiraba inicialmente a crear en una hoja en blanco era la naturaleza, por lo que extrañaba. Hoy en día es diferente. “Ahora que se puede salir más, dibujo de todo. Quizá aún estoy en la búsqueda de mi estilo, por decirlo de alguna forma. Lo cierto es que todo me inspira: a veces dibujo una flor o un paisaje, otras tan solo garabatos con color. Disfruto el color, pero también disfruto el blanco y negro. En definitiva, soy colorfull”.

Desde que comenzó, Marina ha hecho diferentes tipos de dibujo. “Solía trazar rostros, en específico los ojos; luego, comencé con detalles arquitectónicos, había ocasiones en que me iba al Centro Histórico de la Ciudad de México, me sentaba en una esquina y dibujaba un detalle. Luego dejé de dibujar por años y hasta hace tres años lo retomé. Desde entonces no he parado, así que creo que hoy mi tipo de dibujo es más bien el que conocen como ZIA: arte inspirado en zentangle”.

“Si me preguntas qué tipo de dibujo hago, te podría decir el que me hace feliz en ese momento, incluso si es por pedido, tiene que inspirarme y hacerme sentir feliz”.
La técnica que esta artista aplica a sus dibujos es hiddenwords, que implica hacer en caligrafía una palabra y esconderla entre el dibujo. “¡Me encanta! Por lo tanto, es la que más hago, quizá porque tiene que ver más con lo orgánico” aseveró.

Además de los dibujos que crea por su propia inspiración, también trabaja por pedidos de cuadros o diseños para tatuajes.

Finalmente, Marina lanzó un mensaje para quienes le leen: “Haz más lo que te haga feliz, eso que te ayude a conectarte contigo, eso que te lleve de nuevo a donde fuiste feliz alguna vez y puedas recrear la experiencia en tiempos adversos. Eso que te inspire a ser tú mismo sin miedo a mostrar tu real ser, porque es ahí en donde está la libertad”.

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Sara Elizondo I Pachuca