¿Por qué nos cuesta cambiar? Parte III
 
Hace (43) meses
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Estimados lectores, el día de hoy finalizaremos con el tema del por qué nos cuesta cambiar. Escribí en el artículo anterior que todo lo que nos es difícil lo justificamos con el dolor para no salir de nuestro “yo habitual” y seguir en la famosa zona de confort, sin dejar fluir nuestros pensamientos y no detenerlos para analizarlos.

Cada vez que eres capaz de observar tu mente ya no eres preso de ella. Tarde o temprano te puedes distraer, claro que sí, la mente se pierde en rodeos mentales una y otra vez, esto le pasa inclusive a meditadores con décadas de experiencia.

Cuando la mente se distrae, todo lo que tienes que hacer es traerla de vuelta al presente enfocándote en la respiración y lo vas a tener que hacer constantemente porque constantemente la mente se distrae, salta de pensamiento en pensamiento y se frustra, pero hay que tomar en cuenta de que así es y así debe ser. Esto es una práctica de reenfoque de la atención, la mente divaga mil veces y nosotros la traemos de vuelta mil y una veces. Con la práctica de Mindfulness mostramos a la mente como estar  aquí, que es donde realmente estás y esto activa tus capacidades de autorregulación al instante, y cuanto más practiques, más fuerte se vuelve esta habilidad de estar con lo que hay, con lo que es, la habilidad de estar presentes sin tanta elucubración mental, sin tanto miedo y sin tanta preocupación, porque lo que practicas crece fuerte y vigoroso, literalmente, con cada práctica se refuerza.

Las rutas neurales de eso que tanto repites se consolidan, son experiencias para tu cerebro que se reestructura para tomar más de eso que tan repetidamente experimentas, el simple acto de observar cómo la mente se comporta en completa calma, le muestra a la mente que el laberinto tiene salida. Es como sacarla de la tormenta tomándola de la mano y llevándola a un refugio que siempre estuvo ahí, pero que necesita redescubrir con tu ayuda. Un refugio llamado presencia, donde la mente está plenamente consciente, está atenta, clara, serena, ya no está ansiosa y preocupada, ya no se queda enredada en el miedo, la negatividad, en la vieja personalidad y esta práctica va también rociando nuestra vida cotidiana, va creando en nosotros esa persona en la que queremos convertirnos, comenzamos a responder desde la claridad y la tranquilidad, nuestro pensamiento evoluciona y se vuelve más claro, nuestras emociones menos reactivas, nuestro comportamiento más virtuoso, nuestra vida comienza a cobrar un nuevo significado, nos transformamos y todo a nuestro alrededor se transforma también.

Al practicar vamos más allá de nuestro “yo habitual” y para que veas que esto no son solo palabras bonitas, la misma ciencia contempla este proceso y hay un término científico que lo describe y se llama metacognición que describe la habilidad de ir más allá de nuestro pensamiento habitual, esta metacognición la vamos desarrollando día a día, paso a paso, cuanto más practicamos la Atención plena, más fortalecemos esta virtud de llegar a donde nuestro viejo “yo habitual” no podía llegar.

Así que el Mindfulness nos lleva a esta metacognición y a la autorregulación por medio de la atención. La atención es tu mejor aliada, porque la atención es el mecanismo de tu mente que permite que emerja la consciencia, para que la consciencia exista tiene que haber atención; allá donde yo pongo mi atención, soy consciente de eso. No puedo ser consciente de aquello a lo que no le presto atención, ¿ya se va entendiendo? El acto de centrar y enfocar tu atención es un importantísimo proceso biológico, tu cerebro responde al estado de tu atención cada vez que le prestas atención a algo, tu cerebro hace todo lo posible para facilitarte que ese algo predomine en tu consciencia, para ello genera nuevas rutas neurales, es algo que sucede en tiempo real, tan rápido que parece mágico.

Si esto te suena muy científico, quédate con esta idea: “La atención es el requisito fundamental para activar tus cambios cerebrales, los cambios físicos en el cerebro dependen de ese estado mental que llamamos atención”. ¿Sabes qué pasa cuando le prestas atención obsesiva a los aspectos negativos de tu vida? Le estás ordenando a tu cerebro que construya circuitos cerrados que mantienen a tu atención atrapada en la negatividad, tu mente se vuelve un laberinto de pensamientos dañinos. Por ejemplo, cuando tienes un pensamiento recurrente, como el perder tu empleo o tu pareja, el cerebro no tiene más remedio que dedicarle todo recurso psíquico a ese pensamiento y lo hace reforzando las conexiones neuronales, crea circuitos especialmente poderosos que atrapan tu atención y eso te lleva a pensar más y más de lo mismo en automático.

Creo que ahora entiendes mejor lo que te está sucediendo y por qué te cuesta cambiar. Para convertirte en otra persona tienes que dejar de ser esa vieja personalidad que ya no te ayuda a vivir la vida que quieres vivir, y para que tu mente y tu cuerpo te apoyen necesitas activar la autorregulación, y para autorregularte necesitas practicar Mindfulness, que es administrar voluntariamente esa energía mental llamada atención.

Tu atención es ese superpoder secreto que habías dejado pasar por alto, es gratis, ya lo tienes y una vez que recuperes su dominio toda tu vida se va a transformar, así que tu atención la fortaleces practicando, no hay otro modo. Simplemente leer estos artículos no va a fortalecer tu atención y tampoco van a autorregularte, de verdad, pero no es practicar.

Si quieres desarrollar tu metacognición debes tomarte cada día el tiempo para sentarte en silencio, respirar de forma pausada y adentrarte en la quietud, la presencia y la plena consciencia. Tu mente tiene el hábito de la dispersión y la multidireccionalidad, pero con práctica vas a lograr el hábito de la reunificación de la atención, vas a decidir conscientemente que la energía mental y corporal fluyan en la dirección que la atención les indica, autodominio y autorregulación, así que tu consciencia está determinada por cómo y dónde enfocas tu atención, la atención es el pegamento que mantiene tu vida unida.

Creo que ya he escrito lo que es más importante para tu proceso de cambio, ahora te toca a ti ponerlo en práctica todos los días, tomate cada día cinco minutos para practicar Mindfulness y notarás la diferencia más pronto de lo que crees.

Si tienes alguna duda o comentario, házmelo saber y con mucho gusto te puedo guiar, no te olvides seguirnos en Fb/Reflexionando.Ando

Como siempre, les deseo larga vida, salud y prosperidad.

Hasta la próxima.

 

Alberto Tristany Zarauza,

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