No descuides tu alimentación
 
Hace (38) meses
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Una alimentación con los nutrientes adecuados podría ser la diferencia en la retención de información y el desempeño de los estudiantes en su aprendizaje, señala Idalia Ileana Caballero Cantú, directora del Departamento y Programa de Nutrición de la Universidad de Monterrey (UDEM).

“Es importante una buena alimentación en general; en el caso de los jóvenes que se encuentran en la fase final del crecimiento y desarrollo, se deben cubrir todas las necesidades nutricias, esto para garantizar el desempeño y aprovechamiento en sus actividades”.

Tener una dieta balanceada con los nutrientes requeridos de acuerdo con la edad brinda beneficios a la salud y previene el sobrepeso y la obesidad, agrega.

Por falta de tiempo, los jóvenes pueden caer en errores alimenticios que a la larga pueden comprometer su salud, señala Caballero Cantú.

Según la especialista, entre las principales fallas que cometen los estudiantes están saltarse los desayunos, recurrir a dietas de moda sin consultar a un especialista y consumir comidas rápidas, aunado a las pocas horas de sueño y el uso excesivo de la tecnología que suelen tener.

“En ocasiones, prefieren seguir los consejos de la mercadotecnia mal dirigida, como es el caso de los health coaches, influencers y entrenadores, en donde la mayoría no cuenta con las credenciales para brindar información confiable y actualizada en el área”, afirma.

Caballero Cantú recalca que tener estos malos hábitos alimenticios podría ocasionar una doble carga de mala nutrición, lo que significa problemas de sobrepeso y obesidad, aunado a deficiencias de algunos nutrientes, como el hierro en las mujeres, así como el complejo B, zinc y calcio.

“Para un desarrollo cerebral adecuado, se requiere la ingesta de macro y micronutrientes; cada nutriente tiene una capacidad especial, por ejemplo, la glucosa, que es el principal combustible de energía del cerebro, ayuda a promover la atención, la memoria, la concentración y el aprendizaje”, explica.

“También los ácidos grasos poliinsaturados, como el omega-3 y 6, que protegen contra el estrés oxidativo de las células, por lo que inducen ciertas habilidades de aprendizaje; de igual manera, los aminoácidos esenciales”.

La nutrióloga alerta que una desnutrición crónica puede provocar manifestaciones psicopatológicas como déficit de atención, trastornos de ansiedad, síndrome de fatiga, depresión, entre otros padecimientos.

 

¿Qué se debe hacer?

La Organización de las Naciones Unidas de la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), señala que los nutrientes son importantes en todas las etapas de la vida, no solo en jóvenes.

La alimentación debe ser suficiente, variada y equilibrada con el objeto de cubrir sus necesidades energéticas y de nutrientes.

“Se deben realizar de cuatro a cinco comidas diarias, no saltarse el desayuno. Los jugos azucarados y bebidas carbonatadas deben restringirse, en lo posible cambiarlos por aguas de fruta de la estación; se debe reducir el consumo de grasas saturadas, ya que evitarán el desarrollo de problemas cardiovasculares, así como limitar el consumo de azúcares”, explica la también directora de la carrera de Nutrición de la UDEM.

“Se recomienda el consumo de hidratos de carbono (complejos) en cantidades de acuerdo a la persona (se debe considerar la edad, peso, estatura, sexo, actividad física), ya que es el combustible esencial del cerebro para trabajar de forma adecuada. Se deben evitar los ayunos prolongados”, acota.

 

Toma nota

 

Los adultos deben:

+Comer frutas, verduras y hortalizas: al menos 400 g, o cinco porciones, para reducir el riesgo de desarrollar enfermedades no transmisibles y garantizar una ingesta diaria suficiente de fibra dietética.

 

+Reducir el consumo total de grasa: a menos del 30 por ciento de la ingesta calórica diaria, pues esto contribuye a prevenir el aumento insalubre de peso.

 

+Consumir más potasio y menos sal: un consumo elevado de sal e insuficiente de potasio contribuye a la hipertensión arterial que, a su vez, incrementa el riesgo de accidente cerebrovascular.

 

+Disminuir la ingesta de azúcares libres: a menos del 10 por ciento de la ingesta calórica total, para prevenir el riesgo de caries dental, sobrepeso y obesidad.

 

Fuente: Organización Mundial de la Salud

 

 

 

Daniela de la Mora I Agencia Reforma

 

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