La sal de alacrán cura todo: desde un vacío existencial hasta los callos de los pies. Es una legítima sal que va a curarte de todas las dudas”. Así lo planteó el escritor hidalguense León Cuevas en la presentación de su primer  libro de poesía.

Sal de Alacrán, que está compuesto por cinco poemas de largo aliento, describe el viaje de un personaje que tiene muchas dudas acerca de la existencia y, conforme el texto avanza, el camino se aclara.

En entrevista para FDS, Cuevas comentó que el libro muestra la lucha, y mezcla la negritud y el hombre blanco de occidente.
“Es un viaje espiritual a través del vudú en el que comienzo con un viaje personal y concluye en un renacer hablando con el mismo Dios. No es algo religioso, pero sí un viaje espiritual, del  alma”, expresó.

La idea original fue una obra de teatro, que cuenta la historia de un hombre blanco que se involucra en la negritud de Haití y su camino lo lleva a convertirse en un sacerdote vudú. Sin embargo, el tema interesó a Cuevas e investigó más.

“Me di cuenta de que el vudú es muy diferente de como lo pintamos en occidente. Yo comencé buscando la oscuridad y encontré la luz. Busqué en la batalla entre el blanco y el negro, y encontré que hay un millón de colores y más en esta vida y en el espíritu”, precisó.
“Cuando hago las investigaciones a profundidad, me encuentro con varios de mis autores favoritos, como Alejo Carpentier, por lo que hay mucha influencia de él en el libro, sobre todo por su cercanía con la negritud”.

De acuerdo con León Cuevas, uno de los objetivos de Sal de Alacrán es que los lectores dejen de ver al vudú como algo malo, porque así se los han mostrado en las películas hollywoodenses.

“La creación siempre trata de concientizar. Bien dicen que el artista es el visionario de la sociedad. Siempre está esa parte de crear una conciencia hacia algún camino o intensión”.

Finalmente, dijo que aquellos que están pensando en escribir, lo hagan. “Solo tienen que aventarse, como cuando te avientas a la alberca, pero no sabes nadar y aun así te tienes que aventar. Mucha gente tiene talento y no se avienta, y entonces eso ya no sirvió de nada”.

Sara Elizondo I Pachuca