Molango, un lugar lleno de tradición
 
Hace (20) meses
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Foto: Carlos Mercado

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La recomendación de este fin de semana es visitar Molango de Escamilla, un lugar lleno de tradición y de bellísimos senderos para ir a recorrer en familia o con amigos y –claro— con la guía de Lauro.

Primero estuvimos el atrio de la iglesia de Nuestra Señora de Loreto, en donde las vistas son asombrosas y el ambiente es místico. Posteriormente fuimos hacia el Cerro de Santo Roa; después de una caminata de unos 40 minutos aproximadamente llegamos a la cima del peñasco, que se distingue por la cruz en la punta y una mesa que, en el siglo XVI, usaba fray Juan Antonio de Roa para oficiar misas.

Foto: Carlos Mercado

Este sendero es un poco demandante, ya que la inclinación es considerable, pero conforme avanzas la superficie es más plana. Durante el trayecto encontramos vegetación cada vez más cerrada y paisajes bellísimos.

Aquí encontramos una pequeña cueva que —según las creencias— es en realidad un túnel que va desde el cerro hasta la iglesia de Molango; sin embargo, nunca lo han podido comprobar.

Después de unos minutos entre senderos estrechos y mucha vegetación, llegamos a una pequeña cueva, donde —dicen los lugareños y un registro escrito— fray Antonio descansaba en una cama de piedra, lo que le permitía retomar fuerzas después del proceso de evangelización que realizó en la Huasteca, no solo hidalguense, sino también potosina y veracruzana.

Unos metros más adelante seguimos el camino entre arbustos y enormes hojas propias del clima tropical, para llegar a un evidente lugar de predicación con una pequeña mesa. Él daba misa en este sitio y se dice que podía hacerlo en diferentes lugares a la vez: Molango, Tlanchinol, Huejutla, Xilitla, en San Luis Potosí, por toda la Sierra y Huasteca hidalguense y potosina, lo cual era considerado un milagro.

Después de este espacio —en el que se escuchaba el canto de las aves— subimos a una cruz ubicada en lo alto del peñasco, desde ahí las vistas panorámicas son in-comparables y se puede observar la laguna de Atezca, sitio emblemático en esta zona. Allá fuimos después, pues es un lugar casi obligado para visitar en fin de semana o temporada vacacional.

Atezca significa espejo de agua, en náhuatl. Aquí se puede pasar un día completo de relajación con amigos y familia. Hay quienes deciden darse un chapuzón en los días de calor y también hay mesitas para comer, ya sea lo que llevas de casa, las enchiladitas tradicionales que venden mujeres en sus canastas o bien, comprar algo en el restaurante de la zona. Además, un plus es la pequeña isla que está justo en medio.

Molango, un lugar lleno de tradición
Foto: Carlos Mercado

De la laguna se habla de una leyenda local, donde supuestamente una sirena habita el lugar, por lo que con su canto hechiza a los hombres que llegan y le gustan, por lo que, si se atreven a entrar a nadar, se los lleva a la profundidad del agua. ¿Intentarías darte un chapuzón?

Para tener una mejor panorámica de esta bella laguna, visitamos el restaurante El Balcón, desde donde se tiene una maravillosa vista del cuerpo de agua que —efectivamente— tiene una apariencia muy particular que pareciera un espejo.

Aquí nos recibió el señor Gilberto, quien nos compartió una de las bebidas tradicionales de la región, un preparado de guayaba agria fermentada en aguardiente. El proceso tarda de cuatro a cinco meses y tiene un sabor muy sabroso; eso sí, está fuerte, así que te sugerimos acompañarlo con un platillo de la zona, como una barbacoa enchilada que se prepara en este lugar.

 

Datos:

-Entre los lugares que te recomendamos visitar en Molango están el Cerro de Santo Roa, la iglesia de Nuestra Señora de Loreto, la laguna de Atezca y el restaurante El Balcón.

-Para subir al cerro te sugerimos utilizar calzado antiderrapante, llevar una prenda abrigadora (para cuando llegues a la cima), una botella de agua y galletas o semillas.

-Según la historia, en 1539, fray Antonio de Rosa comenzó la construcción de la iglesia mayor con el convento de los agustinos. Fue en ese periodo cuando arrancó el proceso de evangelización para llegar a diferentes zonas de la Huasteca hidalguense, potosina y veracruzana. De su estancia en Molango salía a predicar a Tlanchinol, Chapulhuacán, Huazalingo, Pacula, Xilitla. Se dice que era un hombre que hacía milagros.

Sara Elizondo I Pachuca

 

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