Este fin de semana, Pachuca albergará el Festival Gastronómico Llénate de Tradición, uno de los eventos más esperados del año si de platillos locales se trata, ya que reúne a guisanderas  típicas de todas las regiones del estado, quienes comparten sus conocimientos culinarios, herencia de muchas generaciones.

“En esta segunda edición, los visitantes podrán probar la sazón de las cocinas tradicionales de Acaxochitlán, Valle del Mezquital, Sierra Otomí Tepehua y la Huasteca, con el objetivo de promover lo hecho en Hidalgo y así fortalecer nuestras raíces”, indicó Raúl Guerrero Bustamante, coordinador del Programa Patrimonio Unesco de la Secretaría de Cultura.

En este festival, los visitantes disfrutarán de productos que pueden llevar a casa, muchos provenientes del campo, además de los platillos preparados al momento por las manos de las cocineras locales.

La oferta gastronómica incluye panes, como cocoles y el tradicional de pulque, de Huejutla, Atotonilco y Tizayuca; bebidas, como los licores, el aguamiel, destilados de agave o el aguardiente; quesos de Tulancingo, y dulces como los que se elaboran en Pachuca.

“Para quienes deseen probar las preparaciones en el Centro Cultural del Ferrocarril, el festival ofrece platillos elaborados con flores comestibles del Valle del Mezquital; chinicuiles y chapulines; hongos preparados por las nanacateras, quienes tienen un gran legado de sabor”, indicó Guerrero.

TAMALES DE TODAS LAS REGIONES

Este sábado, “el festival gastronómico tendrá como tema central los tamales que se elaboran en las diferentes regiones del estado. En la primera edición del evento se mostraron 12 diferentes preparaciones, este año se espera que haya más”, indicó Guerrero Bustamante.

Si algo tiene Hidalgo es una gran variedad de tamales, dependiendo de la región: el zacahuill, de la Huasteca; los piques (pequeños y elaborados para las ofrendas); tapatastles (de 1 o 2 kilos de peso), que se elaboran para celebrar el Xantolo en la Sierra Gorda; los xojoles, preparación dulce, de piloncillo con maíz morado.

En esta gran fiesta llena de aromas, sabores, texturas y tradición también hay cabida para espectáculos musicales y talleres infantiles de cocina regional, los cuales ayudan a transmitir el saber y el legado culinario hidalguense.

Además, “artesanos ofrecerán productos relacionados con la preparación tradicional, incluyendo losa de barro, para que los visitantes consuman sus platillos, lo que permitiría reutilizar y evitar el empleo de desechables”, indicó Raúl Guerrero.

“Hidalgo tiene un paradigma gastronómico muy completo con mucha tradición, entonces vale la pena acercarse a él y después viajar a conocerlo a los lugares donde está presente”, concluyó el promotor cultural.

Sara Elizondo I Pachuca

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