Desde pequeña comencé con gusto por las artes, pero lo que me cautivó fue la danza. Desde los 8 años de edad tomé clases de folklor, danza contemporánea y ya en la mayoría de edad la danza árabe me enamoró”, asegura la bailarina Mariela Cape.
“La danza me permite transmitir y expresar todas mis emociones y darle un mensaje a toda la comunidad”, añadió.
Mariela considera que el ser instructora de danza es una oportunidad, pues “conforme más se aprende, hay más opción a compartir, en este caso con las mujeres. Ver cómo se desarrollan y empoderan es de las emociones más bonitas que he tenido”.
Este año participará en proyectos con músicos de diferentes géneros, pues quiere demostrar que la danza árabe es más que una moda.
Otra propuesta artística es el Ensamble Animae Baro,que tiene como uno de sus principales objetivos que a la gente le guste y conozca más de música clásica.
Uno de sus integrantes, Iván Dan Martínez, chelista que estudia en el Instituto de Artes, asegura que cuando se para frente al público pretende causar una especie de emoción y hasta inspiración.
“En Pachuca no hay mucho conocimiento de la música clásica y queremos que eso cambie”.
En tanto, Axel Eduardo Bautista Cruz, organista estudiante de dirección en el Conservatorio Nacional, dice que la el ate sonoro llegó a él cuando comenzó su participación en el coro de la iglesia, después comenzó a tomar clases.
Bautista agregó que entre sus objetivos, al formar parte del ensamble, está que la gente pueda conocer música de otras épocas y adquiera la sensibilidad para disfrutarla.