Una de las principales características de Tulancingo es que cuenta con una cantidad importante de recintos religiosos, entre ellos la Catedral Metropolitana, cuya construcción comenzó en 1528, con un estilo neoclásico. En el atrio de la catedral, debajo del obelisco, descansan los restos de Nicolás García de San Vicente, uno de los padres de la pedagogía en México.
En dicho espacio se encuentra la escultura de San Juan Bautista, tallada en palo de rosa en tamaño natural. Fue creada por indígenas durante la época de intervención española, según la historia, quienes se encargaron de crear la obra. Primero tallaron la tilma de un noble indígena con un nudo en el hombro y arriba pusieron la manta de San Juan.
Otro espacio emblemático en este municipio es la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles. Según se cuenta, en 1736 el Tata Coronado (quien era artesano), llegó a vivir a las faldas del Cerro del Tezontle y en su habitación comenzó a pintar la imagen de una virgen rodeada de ángeles. En el siglo XIX se construyó el templo en la calle Echavarri, colonia Centro.
La capilla de la Expiración es considerada una de las más antiguas de América Latina, pues su construcción se realizó en 1526, año en que llegaron al valle de Tulancingo fray Juan de Padilla y los franciscanos, ubicada en la colonia Zapotlán de Allende.
El templo de la Merced se empezó a construir en 1892 por iniciativa del presbítero José Antonio Agüero; sin embargo, la construcción se derrumbó, por lo que las obras se reiniciaron posteriormente. El altar mayor descansa sobre una plataforma revestida de cantera construida recientemente. La iglesia está ubicada en avenida Benito Juárez Sur.
Sara Elizondo I Pachuca