Este sábado se presenta el proyecto Bambú con la coreografía escenificada El Faro, en el foro Aguamiel. De acuerdo con los organizadores, es una mezcla de danza y poesía desde una perspectiva de vida de mujeres poderosas y fuertes.
El planteamiento inicial es ofrecer a los espectadores un mensaje incluyente, de empatía y sororidad.
La coreografía y dirección del montaje están a cargo de Francisco Ocampo e Isra Mont, en coordinación con la directora de proyecto Bambú, Susana Sánchez.
Esta presentación se basa en un texto de Violeta Zaret y Vicky Vera, que al inicio dice: “Hola, querida mujer, te saludo a ti, a ti que hoy estás aquí. Sé que a lo largo de tu vida has tenido y quizá aún tengas una y mil razones para sentirte triste y, tal vez, hasta sin ganas de vivir. Me imagino que muchas veces has escuchado palabras como ‘¡Tú puedes!’, ‘¡Eres fuerte!’, ‘¡Lo lograrás!’… y que, en más de una ocasión, esas palabras, lejos de ayudarte, te enojan o te deprimen más, pues agregan la culpa a tus emociones, haciéndote creer que no sales adelante porque no has hecho lo suficiente, porque eres incapaz y no tienes lo necesario para seguir en la lucha diaria, así que te hundes más y más en tus deseos de desaparecer…”.
Al final la propuesta de Bambú es que la mujer se convierta en un faro para apoyar a otras personas.
Al término de la función se realizará un conversatorio para dar a conocer el contexto artístico de la obra.
Información:
¿Cuándo? Sábado 29 de julio
¿Dónde? Foro Aguamiel
Hora: 18:00
Sara Elizondo
Pachuca de Soto
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Después de una larga pausa, el centro de Tepeapulco, su cronista, artistas y pobladores, con el respaldo de la Dirección de Arte y Cultura del municipio, retoman el recorrido de leyendas por la zona centro, entre historias, leyendas y café.
En entrevista para FDS, el cronista local, Miguel Ángel Monroy, nos adelantó que el recorrido nocturno tiene como título: Fray Bernardino de Sahagún, un hidalgo en el Altiplano.
El antecedente de estos recorridos se llamó Tepeapulco: la ruta de la conquista, con el que, en 2019, comenzó la labor de difusión de la historia del municipio, pero se tuvo que poner en pausa por la pandemia.
En el recorrido cultural, que cuenta con un alumbrado con antorchas, se presentan y hablan personajes como Hernán Cortés, doña Marina, fray Bernardino de Sahagún, las lavanderas, la llorona y los tlachiquieros que hacían (y siguen) su labor en los tinacales de la zona.
Es un viaje a través de la historia de una manera amena, durante un trayecto de 90 minutos aproximadamente y en el que se combina tanto ficción como fantasía, por la presencia de personajes fantasmales que tienen su origen en la época de la Conquista.
En el centro de Tepeapulco está la plaza Constitución, con un kiosco que se inauguró en 1912, en honor a la Independencia de México. En la esquina de la plaza principal y el llamado Camino Real se encuentra un elemento del surtidor y caja de agua del acueducto de Tepeapulco: la fuente de Tláloc, una pieza repuesta, al lado de la cual hay una especie de pergamino que hace referencia al trabajo de fray Bernardino de Sahagún, entre 1558 a 1961, donde el tecuhtli (señor) del pueblo está sentado y tiene el símbolo de la palabra; enfrente está el traductor y después le da las hojas trascritas al siguiente para que lo hable en náhuatl-español.
Aquí se escribieron los primeros memoriales, con los que se integró la Historia general de las cosas de la nueva España, desarrollada en 12 libros, por lo que es el medio a través del cual México participa en la literatura universal, por ello, a Tepeapulco se le conoce como la Cuna de la Antropología en el Nuevo Mundo, gracias a fray Bernardino, quien se dedicó a preguntar de los dioses, las enfermedades, la herbolaria y más.
El recorrido también pasará por otros lugares simbólicos, como la iglesia y el convento de San Francisco de Asís, considerada la primera en Hidalgo. Monroy detalló que las escaleras que dan acceso desde la plaza principal tienen 19 escalones, número simbólico relacionado con las 20 trecenas, la medida del tiempo de los mexicas.
A un costado del templo se encuentra el Camino Real, que conduce a Tlanalapa, pasa por Ometusco, Otumba y Acolman, hasta llegar a Ciudad de México; para el lado contrario, pasa por la hacienda de San Bartolomé de los Tepetates, la de Acopilco, para después llegar a Apan, Tlaxcala, Puebla y al puerto de Veracruz.