Llueve furia sobre Siria
 
Hace (71) meses
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Media hora antes del llamado matinal al rezo, Damasco despertó anoche con una explosión.

Fue la primera de las muchas que sacudieron a la capital siria y el oeste de Homs, las dos ciudades con instalaciones militares, de almacenamiento e investigación que fueron seleccionadas como objetivos de los misiles estadounidenses, franceses y británicos.

Estos blancos fueron seleccionados para minimizar el riesgo de alcanzar por accidente a tropas rusas estacionadas en Siria, según informó ayer el General James Dunford, presidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos.

Fue una operación única, de acuerdo con el Secretario de Defensa, Jim Mattis, quien advirtió, no obstante, que ataques futuros dependerán de que el Presidente sirio, Bashar al-Assad, detenga definitivamente el uso de armas químicas.

Por su parte, Dunford indicó que fueron atacados tres blancos específicos: el primero ubicado en Damasco, que forma parte de un centro de pruebas químicas, incluido gas sarín; el segundo un almacenamiento; y el tercero un sitio que sirve de bodega y centro de comando.

Sobre una posible reacción militar del régimen de Assad o sus aliados, algo que Moscú había advertido que podría pasar, Mattis mencionó que sólo se registraron respuestas de misiles tierra-aire sirios para intentar interceptar los estadounidenses.

“No tengo conocimiento de ninguna reacción rusa”, añadió el Secretario.

La respuesta conjunta de Washington, Londres y París supone la segunda ocasión en la que Trump ha atacado Siria para castigar al Gobierno por la supuesta utilización de este armamento contra su población.

La Casa Blanca buscaba que la respuesta fuera más robusta que la de abril de 2017, cuando Estados Unidos lanzó 59 misiles Tomahawk contra una base aérea del Ejército de Assad.

Mattis reportó que la cantidad de armamento utilizado en la operación fue el doble que la del año pasado, aunque no ofreció más detalles al respecto.

“El año pasado lanzamos un ataque unilateral a una sola posición (…) Esta noche lanzamos ataques con dos aliados contra múltiples posiciones que resultarán en una degradación a largo plazo de la capacidad de Siria de investigar, producir y utilizar armas químicas y biológicas”, afirmó.

Pero la respuesta del Gobierno de Trump, aunque mayor que la anterior y apoyada por otras dos naciones, fue de nuevo moderada, ya que no incluyó ningún esfuerzo aparente por dañar de forma efectiva el Ejército de Assad más allá de sus armas químicas.

El ataque no supone ningún cambio en el equilibrio de fuerzas de Siria tras siete años de conflicto, en un aparente intento de evitar represalias mayores por parte de Rusia o Irán, los mayores aliados del régimen.

ASÍ LO DIJERON
“Estamos preparados para mantener esta respuesta hasta que el régimen sirio detenga su uso de armamento químico prohibido”.
Donald Trump, Presidente de EU

“Este modelo persistente de comportamiento debe frenarse (…) No podemos permitir la erosión de la norma internacional que evita el empleo de esas armas químicas”.
Theresa May, Premier británica.

“No podemos tolerar la banalización del empleo de armas químicas. La línea roja fijada por Francia en mayo de 2017 se cruzó”.
Emmanuel Macron, Presidente francés.

 

Staff
Agencia Reforma

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