Estados Unidos elevó la alerta a sus ciudadanos y turistas en México por el incremento de secuestros y toma de rehenes en el País.
El Consejo Asesor de Seguridad en el Extranjero (OSAC, por sus siglas en inglés), considerado brazo civil del Departamento de Estado de EU, emitió un informe en el que asegura que México es etiquetado como nación “K”, junto con 35 países.
La organización aclara que aunque en otras alertas para ciudadanos estadounidenses se había advertido sobre ambos delitos en esas naciones, asignarles ahora una letra es “elevar la importancia del riesgo”.
“Los ciudadanos estadounidenses afectados por el secuestro y la toma de rehenes en el extranjero es una prioridad fundamental para el Departamento de Estado. En un esfuerzo por comunicar con mayor claridad el riesgo de secuestro y/o toma de rehén a ciudadanos estadounidenses que viajan o viven en el extranjero, la Oficina de Asuntos Consulares agregó un indicador de ‘K’.
“K: individuos o grupos criminales o terroristas han amenazado y/o han incautado o detenido y han amenazado con matar, herir o seguir deteniendo a personas para obligar a un tercero (incluida una organización gubernamental) a hacer o abstenerse de hacer algo como una condición para la liberación”, detalla ese organismo en su aviso.
Además de México están Argelia, Colombia, Etiopía, Irak, Nigeria, Pakistán, Papúa Nueva Guinea, Filipinas, Rusia, Sudán, Siria, Venezuela y Yemen.
“Al agregar el indicador K al conjunto actual de indicadores de riesgo, el Departamento de Estado tiene la intención de ayudar a entender este riesgo a quienes viajan, y garantizar que la información crítica sobre el secuestro y la toma de rehenes debe ser una parte importante de todas las decisiones de seguridad que tomen para sus viajes”, indica.
“En México, 2015: una pareja estadounidense recibió una llamada en su hotel de Tijuana informándoles que un cartel los iba a atacar. La persona que llamó les dijo que cerraran sus teléfonos, compraran teléfonos desechables y les pidieron a los familiares enviar dinero a una cuenta para convencer al ‘cartel’ de salvar la vida de la pareja. Un oficial del FBI asignado al consulado de los Estados Unidos ayudó a la familia a detectar que la amenaza era una estafa. Una vez que se rechazó el pago, la persona que llamó declaró que la pareja sería asesinada antes de colgar. La pareja no sufrió daños y nunca estuvo en peligro físico”, ejemplifica.
Érika Hernández
Agencia Reforma
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