Esta tarde fue despedido por familiares y amigos un menor de 12 años, identificado por las iniciales de F.R.P., originario de la comunidad de Teltipán, en Tlaxcoapan, quien perdió la vida al recibir atención médica en el hospital Shriners para quemaduras de Galvestón, Texas, sitio al que fue trasladado dos días después de la explosión de un ducto de Pemex en la comunidad de San Primitivo, Tlahuelilpan, el pasado 18 de enero.
El fallecimiento del infante forma parte de las 137 víctimas fatales que ha arrojado como saldo el estallido.
El niño falleció la semana anterior en Estados Unidos y sus restos apenas arribaron a territorio hidalguense este miércoles, por lo que fue velado durante algunas horas por sus familiares, quienes finalmente decidieron darle sepultura al mediodía de este jueves.
Apenas el lunes 29 de abril Criterio platicó con el abuelo del ahora fallecido, el cual contó con consternación que el pronóstico que le daban sobre su nieto era poco halagador, debido a que, algunos días se encontraba estable y otros empeoraba su estado de salud.
En aquella ocasión, su abuelo, Reyes Pedraza dijo con visible consternación que aún mantenía la fe de que su ser querido regresara con vida, aunque estaba consciente de que quizá faltaría al menos seis meses para tenerlo consigo y comentó que el proceso de sanación le llevaría años en todo caso.
La despedida de F.R.P. ocurrió con multitudinaria asistencia y con expresiones de solidaridad hacia sus familiares, quienes literalmente se deshacían en llanto.
Miguel Ángel Martínez / Tlaxcoapan
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