El perfil económico y comercial que se tiene en México, ha dado oportunidad a empresas transnacionales a potencializar sus ingresos anuales gracias al modo de operación conocido como “tiendas clubes” que prometen ofertas y precios especiales a minoristas y mayoristas en productos que no se venden comúnmente en otros establecimientos.
Tal es el caso de tiendas como Sams y Costco, donde los clientes tienen que pagar una membresía para que puedan tener acceso a los productos que ahí se comercializan.
Pero, ¿porqué cierto sector de la población está dispuesta a pagar por comprar? la respuesta puede variar en cada cliente, lo que es cierto es que a estas compañías no les conviene abrir el acceso al publico indiscriminadamente y omitir la venta de membresías ya que los costos de operación aumentarían significativamente y el ticket promedio bajaría, dado que se perdería el incentivo de gastar más para amortizar el costo de la anualidad.
Una “trampa” básica que ponen estos tipos de establecimientos, es que, como son bodegones en los que no hay anaqueles para diferenciar las marcas y tampoco tienen señalizaciones por pasillo para saber dónde están los cereales, las galletas o la leche, permite que el consumidor dé un paseo antes de encontrar los productos y con ello aumenta la posibilidad de comprar algo más.
Otro truco de estas tiendas es su estética similar al de una gran bodega, por eso es que, a diferencia de los supermercados, no es nada raro ver un montacargas surtiendo una tarima, lo cual ahorra costos de operación, ya que no se le tiene que pagar a una persona para acomodar los anaqueles, mercancía por mercancía.
Al ser una bodega, los pasillos son más amplios, pero los carritos también y está comprobado que entre más grande el carrito, más grande el ticket de compra.
En estas fechas de fin de año, se aconseja al consumidor solo comprar lo que realmente necesite, de esta manera se pueden reducir gastos significativamente.
Con información de Dinero en imagen
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