Ante la emergencia sanitaria por el nuevo coronavirus (Covid-19), los respiradores artificiales se han convertido en una herramienta necesaria dentro de los hospitales. Sin embargo, recientemente se han viralizado imágenes en las que se observan pacientes intubados boca abajo. A continuación, te explicamos el porqué.
Los respiradores se utilizan cuando los pulmones de un paciente están dañados o cuando este no puede respirar por sí mismo. Se recurre a ellos para personas graves, cuando se intenta suplir de forma parcial o total la función de los pulmones del enfermo; además, usar este tipo de aparatos puede dejar secuelas.
Hay que distinguir entre la ventilación asistida invasiva y la no invasiva, para la última se usa una máscara y el paciente tiene que estar despierto; en el caso contrario, es necesario intubar al paciente: meter un tubo por la boca que le llega hasta la tráquea.
Cuando se ventila de esta forma, se requiere disminuir el nivel de conciencia de la persona para que pueda tolerar el procedimiento.
Para el control del dolor, los médicos administran analgésicos y, en ocasiones, se bloquean sus músculos por el Covid-19 .
Durante este periodo, el enfermo se alimenta a través de una sonda que se coloca por la nariz y va al estómago, por lo que veces es necesario darle la vuelta y ponerlo boca abajo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda poner boca abajo entre 12 a 16 horas cada día a los pacientes adultos críticos con síndrome de dificultad respiratoria aguda y que usan ventilación mecánica.
Algunos contagiados con Covid-19 han pasado hasta 40 días con ventilación asistida y este proceso implica que está “muy grave”.
El tiempo que una persona puede estar con un respirador varía de días a semanas, dependiendo de diferentes factores. Asimismo, un infectado que necesita un aparato de este tipo no necesariamente tiene que estar dormido hasta que se lo quiten.
A pesar de que el tratamiento ayuda a salvaguardar la vida de los enfermos, la intubación puede dejar secuelas como la pérdida de masa muscular y alteraciones a nivel cognitivo: se despiertan desorientados e incluso tienen algún déficit de memoria o de atención.
Asimismo, los contagiados pueden sufrir lesiones en las cuerdas vocales, ya que el tubo pasa a través de ellas.
Redacción web