Después del 7 de septiembre de 2021, cada temporada de lluvia genera pavor para los habitantes de la antigua capital tolteca. No hace falta mucho esfuerzo para recordar que, en esa fecha, la ciudad fue inundada por aguas residuales provenientes de la antigua capital azteca.
Después del 7 de septiembre de 2021, cada temporada de lluvia genera pavor para los habitantes de la antigua capital tolteca. No hace falta mucho esfuerzo para recordar que, en esa fecha, la ciudad fue inundada por aguas residuales provenientes de la antigua capital azteca.
Sí, aunque la persona que gobernará el país a partir del 1 de octubre próximo lo niegue, fue culpa suya que Tula quedara bajo cientos de miles de litros de agua negra en septiembre de 2021, porque cuando Claudia Sheinbaum era jefa de Gobierno de Ciudad de México, en la temporada de lluvias, determinó desfogar todas las aguas residuales para evitar que la antigua Tenochtitlán quedara bajo líquidos residuales y estos ocuparan el espacio que siempre le perteneció. Hay que recordar que el agua tiene memoria.
Incluso los propios habitantes de Tula de Allende señalaban que querían que los dejaran de tratar “como ciudadanos de quinta”. Y es que esa región ha sido la más lastimada de Hidalgo por la contaminación, al albergar la refinería Miguel Hidalgo, la termoeléctrica Francisco Pérez Ríos, además de una innumerable cantidad de empresas en la zona industrial, como cementeras, fábricas de bloc y demás, cuyas emanaciones contaminan más el ya de por sí polucionado ambiente de esa región.
Tanto los gobiernos federales como los locales, ya sean municipales o estatales, han quedado en deuda con la población de la región Tula-Tepeji, porque, a pesar de que en 2019 se dijo que se emitiría la declaratoria de emergencia ambiental para la zona Tula-Tepeji, ante la gran cantidad de contaminantes que permeaba y sus consecuencias para la salud, a cinco años de distancia ello no se ha logrado.
Eso es algo que involucra tanto al exmandatario hidalguense Omar Fayad Meneses, quien ahora como embajador de México en Noruega debe tener otras cosas en mente, como al extitular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) federal Víctor Manuel Toledo Manzur, quien fue el primero en señalar que sería impulsada la declaratoria.
En el actual gobierno estatal, de acuerdo con la nota publicada este martes por Criterio, del corresponsal de la región Tula, Miguel Ángel Martínez, la titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Hidalgo (Semarnath), Mónica Patricia Mixtega Trejo, señaló que la administración de gobernador Julio Menchaca Salazar se deslindaba de apoyar con recursos económicos para la edificación de una planta de tratamiento y una de revalorización de residuos sólidos urbanos.
¡Con razón la población se siente “de quinta”! Y son sus propias palabras, el sentir que han expresado a los medios de comunicación, porque, como bien señalaba un habitante de las márgenes del río Tula a una televisora nacional, “el gobernador solo nos vino a ver en campaña y no ha vuelto”.
Y así sucede en cada campaña, independientemente del partido que busque llegar al poder. En época de proselitismo todos son buenos, comprensivos, entendedores, pero llegan al lugar que buscan y jamás se apersonan con quienes les dieron el voto.
El reportaje de investigación de N+ Focus Los olvidados de Hidalgo, del periodista Carlos Carabaña, da cuenta de las consecuencias a la salud de las personas que viven en la región Tula-Tepeji y lo que ya ha provocado en ellos la exposición a altos contaminantes: cáncer.
Esta pieza periodística —ganadora del premio Breach/Valdez de Periodismo y Derechos Humanos en su edición de 2024— expone cómo las decisiones de los gobernantes de Ciudad de México en los últimos años han impactado en la salud de la población tulense, lo que, de acuerdo con la población, ha creado un “infierno ambiental”.
Infierno, pobladores de quinta… Así se siente la población tulense y de sus municipios circunvecinos, quienes han demandado por años que se cese la contaminación o se tomen cartas en el asunto para evitar más casos graves para la salud.
Hay casas que se instalan a las márgenes del río. Y apenas la madrugada de este domingo se abrió un socavón por el reblandecimiento de la tierra, justo entre la ribera del afluente y debajo de una casa, por lo que se tuvo que desalojar a los habitantes.
Al respecto, el gobernador Julio Menchaca dijo que es “muy complicado” que se pueda reubicar a las familias que determinaron construir cerca de las orillas del río. Además, dijo, esas construcciones son “irregulares” y lo mismo ha ocurrido en Pachuca, donde hay edificaciones donde no debería.
Mientras al gobierno le siga resultado “muy complicado” apoyar la reubicación de las familias, mientras a las administraciones estatales, federales y municipales se les olvide que tienen pendiente una declaratoria de emergencia ambiental, mientras las personas encargadas del bienestar de los hidalguenses sigan pensando que bienestar es solo entregar apoyos sociales en recursos económicos, nada podrá mejorar ni cambiar y los habitantes de la región Tula, quienes viven ya casi con en cáncer en su ADN por la inhalación continua de los contaminantes, se seguirán sintiendo como “ciudadanos de quinta” que viven en un “infierno ambiental”.
SU CINTO: La zozobra y la ansiedad inundan a las personas que se asentaron en los márgenes del río Tula cada temporada de lluvias. Ellos no determinaron construir ahí, entre la contaminación, entre los desechos, entre el agua corriente que día a día reblandece las paredes de sus hogares, sino que fue lo que les tocó, pero a las autoridades les resulta “muy complicado” ver la forma de una posible reubicación. Es del tipo de esa complicación que solo se olvida en época electoral.
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