El sexo me da hueva

Para Nat, Paty y Karen, por las risas y los cigarros.

1: Así es, yo que decía que para mí las cuatro cosas más importantes en la vida eran tres: el sexo y el sexo; ahora me veo harto de toda relación amorosa, de toda relación sin compromiso. Hablo de lo abrumador del sexo, del miedo a regarla viniéndote rápido, no del embarazo o del contagio de una enfermedad, sino de la monotonía del sexo, ahora resulta que me es más placentero dormir acompañado que tener relaciones sexuales. Ahora me es indiferente, cómo explicarlo, es como cuando ves miles de películas porno, en la primera ocasión que miré una, no adelanté ni un segundo la reproducción, miré sin parpadear las escenas, al cabo de mil películas vistas, puedes intuir la posición que vendrá, todo ha sido vivido y ahora me produce una hueva espantosa, conozco cada profundidad del cuerpo femenino, cada gemido, cada caricia y cada beso, sé de memoria la continuación de cada relación, ha perdido la magia y eso me produce cierta hueva y desinterés; es como cuando el postre que te pareció inigualable al paladar, después de probarlo tantas veces, resulta un sabor ya conocido e incluso desagradable, trato de buscar nuevas posiciones, nuevas orgías, nuevos culos que cogerme, pero caigo en la desesperación de encontrar siempre lo mismo; yo que tanto hablé del sexo, yo que tantas locuras inventé, yo que tanto aporté a la industria del cine porno, así deben sentirse los actores porno, ahora lo hago por compromiso, por tradición, por estrofa, por procedimiento, por rutina. Me da pavor llevar una chica a la cama, termino diciendo que soy gay para que no hagan demasiadas preguntas y poder estar tranquilo, con la respiración pasiva, el mundo del sexo no da para más, soy como un perro que solo lleva a cabo la penetración para reproducirse, y temo que así sea en un futuro. Los amigos dicen que pruebe tal cosa o tal posición, que juegue con objetos y que me deje llevar por las ideas de las chicas, y yo siempre contesto: ya lo hice, lo que ellos van descubriendo con sus parejas, yo ya lo he hecho hace cinco años, tratan de dar consejos y siempre terminan llevándose mis experiencias. No sé que hacer, estoy aterrorizado, perplejo, atónito ante tal suceso, la forma tierna me da hueva, termino dando un billete de 20 para que la mujer se retire en taxi a su casa, la forma vulgar me resulta insoportable, hace tiempo que dejé de ser un buen amante, las últimas veces me he visto forzado a tener relaciones sexuales. Ni la mano amiga me satisfoólo falta que en un futuro reactive la emoción por tocar a una mujer y ya no pueda mi compadre, sería como jugar al billar con una soga, menos mal que ese no es mi problema. Mi problema es otro, dejé de sentir la emoción por ver un cuerpo femenino desnudo y en la cama, dejé de sentir la necesidad de vaciarme de un modo educado y correcto, prefiero tumbarme en la cama a roncar o ver la tv. Mi última relación me dejó una racha de amor sin apetito, dejó la insatisfacción al momento de penetrar, ahora me siento violador y violado, rutinario, inservible. ¿Pero qué hacer ante tal situación, cómo retomar el camino, de qué chistera o varita mágica saco el sentimiento en el cuerpo, la necesidad de mantenerme eyaculando? Los sueños líquidos han quedado atrás, los deseos de tumbarme a Paulina Rubio, o a la chava más tetona, la maestría en caricias y el doctorado en lencería han quedado olvidados, la poesía dejó de tener sentido, si entendemos que para lo único que sirve la poesía es para abrir las piernas de una mujer, huyo a menudo de las mujeres que desean ir a la cama, invento mil pretextos, hago que no observo sus escotes pronunciados ni la minifalda que en día domingo llevan puesta, salgo con tonterías para evitar a toda costa verme en la necesidad de introducir el tripié de 30 centímetros en su vagina. Es dolorosamente triste, la monotonía acabó con mi vida, la rapidez con que gira este planeta me hizo vivir a toda prisa sin saber que cada cartucho que gastaba, jamás volvería a recuperarlo, gasté mi parque en unos cuantos años, agoté toda forma de expresión corporal de dos cuerpos, en uno solo… la nutria se encuentra sin hambre, sin ganas de decir ¿cogemos? Y la bebida ha dejado de tener interés, al igual que la poesía y la mentira. ¿Alguno de ustedes tiene un remedio para mí? ¿Alguno tendrá una medicina que solucione el problema atroz en que me encuentro? Si lo saben, díganme, pero no terminen pidiendo consejos o posiciones, eso empeoraría la situación. Créanme, por primera vez no miento, ¿será que tengo cosas más importantes en que pensar, será que el día de mi muerte esta próximo, será que el tabaco ha hecho estragos y me ha robado la excitación, será que las mujeres de mi vida son muy malas y no logran prenderme, o será que mi vida ha ido demasiado rápido y el sexo a quedado en el pasado? Yo lo atribuyo al fracaso tras fracaso que he obtenido en la vida, quizá tenga miedo de no hacer sentir bien a una mujer con todo mi puto cuerpo, miedo al ridículo, miedo a no volver a ser el mejor de los amantes, miedo al encontrarme ante mi mismo en la cama, miedo a lo que vendrá después de cogerme a la mujer que amo o empiezo amar, miedo a no servir como hombre, miedo a encontrarme gustoso haciéndole el amor a la muerte. ¿Será algo de esto, o será el conjunto de esto lo que me tiene en la lona? No lo sé, y ni siquiera está cerca el momento de saberlo, el tiempo –principal enemigo– no da signos de algún cambio respecto al sexo, lo único que sé, es que el sexo, en este instante, me da hueva. A estas alturas, creo que ser bueno en la cama recae en no roncar ni descobijar a la pareja.

2: Escriban sus comentarios, críticas y más críticas y nada de elogios a: [email protected] twitter: @Vidal_Evans