Se dice que una imagen vale más que mil palabras. En recientes fechas circuló una foto en las redes sociales en donde se puede apreciar a un grupo de turistas dentro de una góndola recorriendo los canales de Venecia y todos viendo su celular. Ninguno estaba apreciando la majestuosidad y belleza del lugar. No hay que irnos a Venecia para darnos cuenta de que esto está pasando en todas partes y todo el tiempo. Vean a su alrededor, ya sea que vayan en un vehículo o estén sentados en algún lugar y podrán percatarse de que el contacto entre los seres humanos se está perdiendo, fíjense qué sucede en un concierto: los asistentes en lugar de estar viendo a los artistas están con el celular grabando. ¿Realmente estaremos disfrutando del momento? ¿Han escuchado del término nomofobia? Este es el término con el que se describe a aquellas personas que ya tienen una adicción al teléfono y que sufren un desorden psicológico cuando no lo traen, tienen miedo a salir de casa sin su aparato. Hasta dónde hemos llegado con todo esto de la tecnología y las redes sociales. Lo malo del uso del teléfono, independientemente de si genera nomofobia o no, es que se ha convertido en un gran distractor que está perjudicando la productividad de la población. He sabido de muchos negocios que han tomado medidas en contra de que los empleados utilicen los celulares ya que en lugar de trabajar o poner atención, están en su teléfono. Tuve la oportunidad de estar en una oficina gubernamental en donde se le prohíbe al personal usar el celular en horas de trabajo y de igual manera a quienes van a realizar un trámite les piden que no lo ocupen, no faltó la persona que se quejó, diciendo que cuál reglamento prohibía el uso del teléfono. Tenemos que reconocer que sí se está convirtiendo en un grave problema. ¿Cuántos de ustedes no han pegado corajes por estar esperando a que los atiendan o a que les terminen un trabajo y la persona que lo debe hacer está en el teléfono? Así podemos ver a carpinteros, plomeros, secretarias, meseros, legisladores, alumnos, altos directivos, funcionarios etc.., todos ocupamos el celular y todos nos distraemos. Lo grave de este distractor es que también se ha convertido en la principal causa de accidentes viales, por encima de los que se ocasionan por el consumo de bebidas alcohólicas. Simplemente volteen la próxima vez que estén en un semáforo a los demás vehículos y verán que la mayoría están viendo su celular y no solo durante un alto, vemos a las personas manejando y haciendo llamadas o mandando mensajes, poniendo en riesgo su y la vida de todos los que circulan en ese momento a su alrededor. ¿A qué tendremos que llegar para controlar todo esto? ¿Inhibidores de señal en los vehículos para que cuando avancen se corten las llamadas? ¿Crear grupos de policías que se dediquen exclusivamente a sancionar a las personas que sorprendan ocupando el teléfono? ¿Educar a los niños desde temprana edad para generar una cultura del uso apropiado de los celulares? Definitivamente estamos ante un grave problema que se está convirtiendo en el mal del siglo.