San Cadilla I Reforma

La dramática situación en la que se vio Pumas hace apenas unos meses lo llevaron a cancelar más de un evento relativo a presentar asuntos comerciales que en su momento fueron rebasados por la crisis deportiva que llevó al equipo a ser último de la Tabla de Posiciones del Apertura 2017.
Afortunadamente para el proyecto de Rodrigo Ares de Parga, en apenas unas semanas las aguas cambiaron su rumbo y el trabajo que empezó aún antes de que terminara el certamen pasado ya impactó el presente del equipo al grado de que algo que habría causado la ira (aún más) de la afición universitaria, el domingo pasó prácticamente inadvertido.
En el partido ante el América, por primera vez en la historia del Club Universidad, dos marcas comerciales ocuparon el frente de la playera, algo que habría provocado el estupor de los más conservadores, pero que, extrañamente, no levantó ni un pelo en CU, donde toda la banda se dedicó a apoyar al equipo.
Y aunque el acuerdo con Banca Mifel era un secreto a voces, habrá que darle a la directiva de Pumas el crédito por haber hecho “gradual” la costumbre de ver una manchita abajo del puma en la playera, pues luego del terremoto del 19 de septiembre, ahí apareció el eslogan sin fines de lucro #FuerzaMéxico para apoyar a las víctimas del sismo, que permaneció aún en el inicio del Clausura 2018. Sin embargo, y casi sin que nadie se diera cuenta, el Banca Mifel apareció este domingo y para beneplácito de la directiva universitaria, no hubo, al menos hasta hoy, rechazo alguno.
Desde que tomó el mando de Pumas en 2016 y con números rojos, Ares de Parga habló de la necesidad de capitalizar al club y desde entonces se dio a la tarea de llevar sponsors que se la jueguen con su proyecto. Primero fue DHL, ahora es Mifel… Hoy, hay 7 puntos que apoyan el “sacrilegio” de agregar otro anuncio.

PUMA CON CORAZÓN DE POLLO
En estos tiempos en que ser inflexible es lo más fácil, le quiero dar un aplauso a un taquillero que se apiadó de una banda de fans de Pumas proveniente de Campeche, que viajaron exclusivamente para asistir al Pumas-América.
Resulta que mis compadres llegaron a buscar sus entradas justo el último día de venta, pero no contaban que sólo había boletaje para la Comunidad Universitaria, pues la venta general estaba agotada desde días antes.
Cuando el “ojo Remi” amenazaba con hacer víctimas a mis cuates, sus ruegos, que incluyeron la exhibición de sus boletos de avión para hacer creíble su historia, encontraron camino hacia el corazón del taquillero, que les vendió las entradas salvándolos de pagar cifras astronómicas en la reventa.
Yo sé que estrictamente estuvo mal que les vendieran las entradas a estos amigos, pero el futuro del mundo se construye con pequeños actos de bondad y para mí, este se merece un aplauso.