La inminente llegada de empresas como inDriver y Uber a Hidalgo constituirá un parteaguas en uno de los sectores económicos que durante décadas fue centralizado por un monopolio político que impidió su crecimiento y su natural modernización. Hace algunos días los encargados gubernamentales de esa área aceptaron que ese arribo depende de un amparo que presentó la segunda de ellas ante el Poder Judicial de la Federación, mientras que la primera ya recluta a interesados en trabajar en la nueva plaza que será Pachuca.
Los más de 557 mil habitantes de la zona metropolitana de Pachuca demandan nuevos esquemas de movilidad, que les permita una garantía en el costo del viaje, la seguridad y las buenas condiciones del vehículo, factores que en este momento difícilmente podrá cumplir una flotilla con una edad superior a los diez años.
De acuerdo al Inegi, un 48.5 por ciento de los que se movilizan con fines de trabajo o estudio utilizan el transporte público, mientras que un 29.3 por ciento lo hacen en vehículo propio y 17.7 por ciento lo hace caminando.
La ausencia de talento en las oficinas gubernamentales encargadas de la movilidad, les impidió una propuesta moderna, porque el “sistema de transporte de la Zona Metropolitana no se encuentra organizado, planeado ni integrado a las necesidades de la sociedad” afirma un estudio publicado en la plataforma Quivera que realizaron dos especialistas.
Esto sin duda es la consecuencia histórica de la manipulación del sistema de transporte, que fue convertido en un coto de poder, desde donde se premiaba a los disciplinados con concesiones y como todos lo sabemos están políticos, dirigentes opositores, seudo periodistas, líderes sindicales, en fin, todos aquellos susceptibles de un soborno.
Hace más de cuatro meses hubo banderazos y risas optimistas al poner en marcha una aplicación que prometía todos los elementos modernos como botón de pánico, GPS, taxímetro digital, en fin, una serie de linduras que, hasta el momento, apenas un 20 por ciento utiliza, según los propios taxistas.
El alto costo que representa para los choferes poner en funcionamiento este ranchero sistema que a veces se conecta y a veces no, ha provocado el desaliento y no sólo eso, el incremento discriminado del costo del pasaje, bajo el supuesto que ahora tienen que pagar renta de la aplicación, tiempo aire y otros recargos.
Abrirse a los expertos en la materia nunca será pecado, claro, siempre y cuando la intención no tenga que ver con cochupos y diezmos.
Y también es urgente replantear el futuro del Tuzobús, que moviliza a 108 mil pasajeros diarios, el cual a pesar de tener seis años, su equipo ya muestra un cansancio de veinte y ello, obligará en corto tiempo a desechar los costosos camiones y reemplazarlos por unos todo terreno para circular sin problema en los baches de la ciudad.
Un 45 por ciento de sus usuarios, no simpatiza con su servicio al haber modificado sus rutas habituales que cubrían combis directas que, sin ser seguras, eran más rápidas y cubrían una zona más amplia.
Y en este sentido, no existen planes que permitan cubrir esas amplias zonas que se quedaron sin servicio y que obliga a movilizarse a pie al menos a un 17 por ciento de los trabajadores y estudiantes.
Estas condiciones, sin duda permiten que las empresas extranjeras lleguen sin muchos contratiempos.
Nimiedades: Como hace muchos años, ayer lunes, vimos una maquinaria priista empujando duro a su candidata, primero con una encuesta que le da el triunfo, luego un foro multipartidista que la nombra abanderada de las causas de la mujer. En fin, como hace muchos años.
