Esta llegando a su fin el tiempo de los diputados de la actual legislatura y todo parece indicar que antes de irse no faltó quien no se aguantó las ganas de darle una repasada a algunos de sus compañeros y de rateros y corruptos no los bajó.

Sin el menor remordimiento, la diputada Jajaira que no sabemos si ese día había desayunado gallo o como era la última vez que estaría en tribuna, aprovechó para echar de su ronco pecho y comenzó a lanzar indirectas muy directas refiriéndose, entre otros calificativos, a que algunos de sus compañeros llegaron al congreso con huaraches y salieron con zapatos de marca y manejando autos lujosos.
Imagino que, durante la sesión del adiós, no faltaron los cuchicheos burlones entre unos y otros, quienes se miraban sorprendidos, como si a ninguno le quedara el saco.

Las descalificaciones y los señalamientos subieron de tono cuando se refirió a que los diputados, sin señalar quienes, habían llegado al Congreso con la intención de enriquecerse y que los elegidos bajo la consigna de la “no corrupción” eran los primeros en aceptar moches por sus participaciones a modo y de acuerdo con sus intereses que no siempre son los de los votantes que los eligieron.

Nadie decía nada y la mayoría prefirieron ignorarla, pero en el ánimo quedó el señalamiento de que muchos se van con cero participaciones memorables, pero eso sí, con harta lana.

Lo que no se sabe es si quien se atrevió a denostar a los “mega decentes diputados”, está libre de culpa o también tiene por ahí un historial algo turbio.

Pero como muchos tiene la cola medio cochina, seguro que prefirieron dejarlo como estaba, antes de que les empiecen a sacar sus trapitos al sol, total, todo se reduce a leyendas del Congreso.

Quien seguramente conoció el discurso incendiario de la Diputada Jajaira, fue la diputada federal Simey, mejor conocida como Paloma, porque en sus redes sociales ofreció que ahora si trabajará mas cercana al pueblo, ¿ahora sí? ¿y los tres años anteriores, solo sirvieron para que se enriqueciera? También es leyenda del Congreso de la Unión.

Aún no nos reponíamos los ciudadanos de tan escandalosas declaraciones, cuando al iniciar la semana nos enteramos de un caso de abuso laboral en contra de un funcionario del municipio de San Agustín Mezquititlan, quien fue humillado por una regidora que de pendejo no lo bajó.

En una denuncia ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de la que nos hizo llegar una copia Alfonso Olivares López, Director de Ecología del municipio, señala a la regidora Anayelli Perea Badillo como la persona que lo insultó en varias ocasiones diciéndole “que es un inútil, inservible, un incompetente y un pendejo, que no sirve ni para escribir su nombre”.

Me cae que al leer la denuncia mis malas palabras se quedaron cortas. Ahí les va otro fragmento.

El director de Ecología tuvo que escuchar las majaderías de esta regidora gandalla que así se refirió al funcionario:“deberías renunciar pinche incompetente, eres un gato que no sirve para nada, un pendejo inútil que te pusieron en este puesto por lástima ya que no tenías ni para un pinche par de zapatos” y aún hubo amenazas “solicitaré a la Asamblea Municipal que te pongan de patitas en la calle para que te vayas a chingar a tu madre”.

Después de leer estas declaraciones, estamos convencidos que es la tal Nayelli si es una mujer empoderada, a quien se la pellizcó el patriarcado opresor.
mi pregunta ¿aquí también se puede ejercer justicia con perspectiva de género?

Espero sus comentarios. Fb. bertha alfaro