Ayer las autoridades de seguridad del estado de Hidalgo convocaron a una rueda de prensa mañanera para dar a conocer el nuevo golpe contra el huachicol. Se trató de la localización de un túnel que surtía a al menos 10 pipas diarias con hidrocarburo robado.
El conductoera de 165 metros de longitud equipado con alta tecnología y estaba conectado a un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex) de modo que de ahí se abastecían diariamente al menos 10 pipas de 42 mil litros que circulaban con documentación apócrifa de la paraestatal por distintos puntos de la República Mexicana, indicaron los secretarios.
También se dio a conocer la detención de doce personas, probables traficantes de droga e hidrocarburo, quienes se enfrentaron con las fuerzas armadas que acudieron al cateo en dicha área.
Además, recuperaron 80 mil litros de hidrocarburo, 12 autotanques, un arma de fuego calibre 45, tres tractocamiones, tres vehículos, un kilogramo de probable marihuana, 80 dosis de probable cristal y 30 pastillas azules, probablemente fentanilo.
Todo esto nos muestra el tamaño de la organización que mueve el huachicol en esta zona del estado, pipas, infraestructura, equipo, maquinaria y especialistas tanto para perforar ductos como túneles de larga distancia, y ahora también el tráfico de drogas, sin mencionar la violencia, asaltos, secuestros y todo lo que ocurre en la región Tula, de lo que platicamos hace dos semanas en esta misma columna.
Desconocemos el alcance que tienen estos grupos, si existan más túneles en otras partes de la región, y sobre todo, si este golpe al huachicol signifique algo más que llevarse las portadas de los diarios locales de un día.
Ya vimos que la detención de líderes huachicoleros en los últimos años como El Concho, el “El Marino” o el “El Guiller” en Cuautepec, el Rábano en Tepeji, o El América que operaba en el Mezquital y Tula, no han llevado a nada, y la entidad sigue a la cabeza en cuanto a tomas de hidrocarburo respecta.
El huachicol es un tema pendiente del presidente López Obrador, que no pudo acabar ni con su C5 Omar Fayad y que Julio Menchaca tiene como punto débil en su administración.
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