Frente a la evolución de la pandemia, la “nueva normalidad” y la reapertura de las actividades económicas y sociales, manifiesta su enorme preocupación por la subestimación de los hechos con la que está actuando el gobierno de México y los grandes riesgos que dicha conducta implica. Subestimación de la crisis sanitaria que se ha tenido que prolongar más allá de las previsiones oficiales y subestimación de la crisis económica, que amenaza en convertirse en una profunda recesión o, inclusive, en una grave depresión, así lo expresó el ingeniero Agustín Rodríguez Fuentes, secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM).

“Los trabajadores tomamos la palabra para decir: no habrá un retorno seguro sin pruebas de diagnóstico masivas confiables y gratuitas. No habrá “nueva normalidad” sin protocolos robustos y sostenidos con las medidas materiales necesarias de equipamiento y capacitación. De lo que se trata es de sentar las condiciones para una salida lo más segura posible del confinamiento y proteger la salud física y mental de todos los trabajadores. No se trata de comer ansias para retornar a las labores, los riesgos de contagio continúan latentes; si se precipita el retorno nos arriesgamos a una segunda ola de contagios. La incertidumbre exige cautela.

“La lucha contra la pandemia y por la reconstrucción de la economía y de la sociedad mexicana no puede ser sólo del gobierno. Se requiere de la participación plural y democrática de toda la sociedad. No se trata de regresar para seguir como siempre. En el centro de atención de la reapertura de las actividades económicas y sociales debe estar el empleo. Frente a la severa crisis que amenaza convertirse en recesión, no basta la oferta de empleos derivada de los programas insignia del gobierno. Lo que hace falta es hacer del empleo una política de Estado en la que deben estar involucrados todos los sectores del trabajo y la producción formales e informales. Además de incorporar la perspectiva de género en forma transversal con integración de lo productivo y lo reproductivo como ámbitos integrales del trabajo”.

Para ello será necesario convocar a la creación de un Consejo Social de Estado que coadyuve en la elaboración, el diseño y la puesta en marcha de las políticas públicas de la reconstrucción de la vida económica y social orientadas hacia las personas.

Se trata de actuar responsablemente, pero también de reconstruir a la sociedad de una manera más fraterna, entre los seres humanos y con la naturaleza.

FRONTERAS. El presidente estadunidense de 71 años, Donald Trump, “tiene una salud excelente y no tiene ningún problema cognitivo, aunque quiere perder entre 4 y 7 kilos este año porque pesa 108”, según informó hoy a la prensa su médico militar, el doctor Ronnny Jakson. Por lo demás, Trump tiene sobrepeso y roza la categoría de obeso, con un índice de masa corporal de 29.9 dado que pesa 108.4 kilos y mide 1.92 metros, por lo que su doctor planea trabajar con él para desarrollar un plan de dieta y ejercicio que le permita perder peso.

Su presión sanguínea está en el rango normal, de 122 sobre 74, y su colesterol es algo elevado, con un total de 223, pero el presidente toma un medicamento llamado Crestor para controlar ese problema y también toma Aspirina para la salud cardiaca. Considerando que duerme de cuatro a cinco horas al día, dijo su doctor que no le pareció preocupante. Aficionado a la hamburguesa de cadenas de comida rápida, consume hasta 12 latas de Cola Light al día.

Con estos datos nos dimos a la tarea de consultar a varios médicos especialistas mexicanos, sobre la salud de presidente de EU; los resultados son interesantes, dicen que Donald Trump tiene el grado uno de obesidad y que por su estatura, peso, estilo de vida, se encuentra en factores de riesgo de hipertensión, pues su índice de masa corporal (IMC) es de 30.2, y que según la OMS es una persona de obesidad moderada.