Solo pinches sentimientos
 
Hace (40) meses
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Para las inombrables

1: Ya no más la embajada de caricias ni el teatro de los sueños de lo que el viento se llevó, never more el consulado de sonrisas, tu pasaporte sin mi visa, los accidentes del amor.

3: Transcribo un poema que salió de mi costado, mientras trataba de dejar de pensar en ella, se intitula: Siempre es poco tiempo. Hoy descubrí que no hay mejor obsequio de mi parte / que aprender a perderte cada día / sabe que cuando esto termine y tú te marches / en mi pecho seguirá viva la nostalgia de tu recuerdo / con seguridad alguna lágrima / pero en el rostro la sonrisa dulce / de saber que serás libre / que nunca estarás sola. / Cuando partas / cuenta con una despedida / digna del amor que te tengo / no mancharé con odio / la hermosa realidad que hemos vivido. / Merengues / como en los días donde tomados de la mano caminábamos / voy a quererte siempre.

4: Durante algunos años –27 para ser exactos– he leído a Cortázar, lo he llevado en la sangre hasta el duodécimo round, hasta probar la sangre de mis encías y con ella hacer carne de poesía. A últimas fechas he notado en Julio –el Cronopio más Cronopio de todos los tiempos– tres infinitas tristezas. La primera de ellas ocurre en 1951, con el peronismo ensordecedor, Julio es exiliado y parte hacia París a bordo del trasatlántico Provence. El exilio físico Julio lo podía tomar bien o mal, no había problema mayor con eso; pero el exilio cultural destruyó a Julio durante muchos años; el hecho de que la junta de Videla, Argentina, haya prohibido la publicación de uno de sus libros, porque en él habían dos cuentos que les molestaban, fue un crimen para Cortázar, él sentía que al no publicar en Argentina el gobierno lograba su objetivo, crear una especie de desierto espiritual donde era completamente fácil mecanizar a un pueblo y convertirlo en simples muñecos de cartón-piedra, en seres incapaces de pensar por sí mismos. La segunda tristeza ocurre en su quehacer humanitario, Cortázar sentía la obligación de ayudar a los pueblos, esto queda demostrado al contribuir con algunos artículos y textos, en los cuales planteaba su deseo de ayudar al pueblo nicaragüense, así como también dedica palabras y poemas a Ernesto Che Guevara, así, Julio, poco a poco fue convirtiéndose en lo que diría José Steinsleger: Un intelectual “políticamente ingenuo”. En 1973, Cortázar –siempre de izquierda– publica El libro de Manuel y lo dedica a la resistencia chilena y a familiares de los presos políticos argentinos; pero la prensa La Opinión, la izquierda, impoluta, hace pedazos el libro: Cortázar no esta preparado para opinar; critican y fundamentan que vive lejos, que es lo peor que ha escrito, es acusado de burgués y de no tener conocimiento alguno en política. Después de algunos meses, Cortázar platica con su amigo Juan Tata, Tenemos que hablag, tata, tenemos que hablag, contagte cosas que estoy entendiendo, el tata palmea su espalda, déjate de joder, flaco, ya hablamos mil veces de eso. Acordate de Urondo, de Walsh (jefes montoneros caídos en combate). Ellos también entendieron algo en todo eso. Agarrá por ese lado y listo. La tristeza de Cortázar radicaba en el entendimiento del no entendimiento de las políticas, pensó como un valiente argentino, actuó como un pequeño Cronopio, parecía no entender a la humanidad, parecía ser de otro mundo; a menudo, muy a menudo, escribía como un Dios y vivía como el más sencillo de los franceses. Por último, y la tristeza que lo habrá de entregar a la muerte, es la pérdida de la osita, (Carol Dunlop) a la cual escribe la siguiente carta: (…) Esto no es un adiós entre el que habla y el que escucha, sino todo lo contrario, es una voluntad de estar ahí, cerca, ayudando a la esperanza con todo lo que se tiene. La vi emprender su viaje solitaria, donde yo no podía ya acompañarla, y el dos de septiembre se me fue de entre las manos como un hilito de agua, sin aceptar que los demonios dijeran la última palabra, ella que tanto los había desafiado y combatido en estas páginas. A ella le debo como le debo lo mejor de mis últimos años, terminar solo este relato; bien sé, osita, que habrías hecho lo mismo si me hubiese tocado precederte en la partida, y que tu mano escribe junto con la mía, estas últimas palabras en las que el dolor no es, no será nunca, más fuerte que la vida que me enseñaste a vivir, como acaso hemos llegado a mostrarlo en esta aventura que toca aquí a su término, pero que sigue, sigue en nuestro dragón, sigue para siempre en nuestra autopista. Cortázar es universal, porque toda universalidad transmite un mensaje, Julio es el Whitman, el Rulfo, el Cervantes, el Borges, el Cernuda que llevamos dentro. Nada, nada en esta puta vida me parece más envidiable que no haber leído todavía un libro de Cortázar, aquel que no lo haya hecho, es objeto de crimen –el peor de los crímenes– es objeto de farsa –la mejor de las farsas– es objeto de lástima, y es una lástima fuera de toda dureza. Julio, te debo un poema, pero ¿para qué carajos te sirve un poema?, ¿para que diablos quieres tú un poema?, sería lo último que necesitarás, porque tú eres presente, estás hecho a base de letras, de sueños insoñables, así que en lo que menos piensas en este instante es en un poema que usurpe tu lenguaje glíglico y sea escrito por este remedo de poetita, porque todos somos unos poetitas si por el lente que se mira es el tuyo, pues bueno, transcribo unas líneas para ti, para hacerte rabiar por última vez, por llevarte la contra, para demostrarte que por mucho que se intente, seguiremos siendo, simples aprendices a tu lado. Podría escripintar una polecía que expose las viscerias carareas / podría obstacarte un cuadraleón curito de polindros catilados / hasta lungrar catastos imporruptos anomales / hasta longrear palandrias gotiferas que reductaran el cretacio / pero aun asimentado, no acalmaría la trastogenia que en tu cíclope remostroriabas / Así que estrunco las letrañas opaquinas y derico mis tintales a tu evolo.

6: A estas alturas sé muy bien cuál es mi papel, sé perfectamente para quién trabajo, sé muy bien lo que puedo hacer por amor, y también sé dónde no hago falta…

7: No es lo mismo estar loco a tu lado luchando desde la misma trinchera en equipo, a volverse loco mientras tú, curada en salud, besas a otro.

8: Estás a un paso de defraudarme y yo imploro que lo des, para así tener un pretexto y aceptar ser solo tu amigo…

9: Escriban sus comentarios, críticas y más críticas y nada de elogios a: [email protected] twitter: @Vidal_Evans

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