Señales de humo
 
Hace (46) meses
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Para mi amigo Jorge Escamilla

 

1: Vaya contrariedad la de querer estar sin estar, fuimos demasiado lejos, a un universo donde nos abandonó la luz, donde la animadversión jugó su as bajo la manga, las palabras anacrónicas que decías cuando callabas y las veces que sin importarte te marchabas para dar una vuela a mis espaldas, y buscar a otros hombres que no pronunciaban tu nombre con el calor que este merecía. Abrí la puerta para que pudieras entrar a mi granja, donde tenía reservado un huerto para que pudieras comer, yo te cocinaría mientras tú viajarías entre las páginas de un libro de Gilberto Owen. A veces pienso que te irás o que ya te has ido, luego en mi cuarto en completa oscuridad hago figuras con el tabaco y pienso en tu vagina, intento destruirme, pienso en las miles de caricias que otros harán con el pubis que yo puse a mi nombre, pienso en las veces que saldrá victoriosa y hará que se vengan falos grandes y gruesos, largos y delgados, todos llegarán a la meta y estarás orgullosa de esa cavidad con la cual ­­–al grito de valquiria– hiciste sentir a los hombres que no te amaron, que solo se vaciaron y sintieron el poder del macho alfa cuando te apretaron las tetas y el culo sudado, aquí me destruyo, porque en la poesía me siento fuerte y seguro; pero en los años venideros tu acumularás experiencia, querrás dinamitar tus entrañas mientras mi cabeza se golpea con los recuerdos. No habrá forma de cambiar el destino, porque en el mundo donde yo te espero, el tiempo corre más deprisa, las arrugas imperan en un cuerpo de cristal, como la mente que te imagina a cuatro patas, donde gimes abyecta, donde de nada servirá que susurres mi nombre, que solo estará en los estantes de una librería en la sección de poesía que nadie compra.

2: Vivimos tiempos de incertidumbre, de circo y parafernalia, historias de ficción se cuentan por montones y en las redes encontramos el vacío espiritual de los jóvenes, de gente que no debería tener voz, ahí se encuentra la antítesis de la poesía, un desierto de verdades, del ocultamiento de la mentira. Todos creen tener el poder absoluto de la palabra, información sin gnosis, una imagen devaluada que ya no vale más que mil palabras, mujeres operadas de nariz y sesos, sin un sentimiento que llevarse a la boca, maquillaje, tratamientos para el cabello, cuerpos ejercitados y cabezas con distrofia, todo vanidad y nada de nervio y, lo peor, que intentan decirnos cómo pensar, qué hacer y cómo vivir, cuando en su mayoría tienen esa incapacidad para poder entender el valor de la vida misma. Desde sus rincones ilusorios, nos muestran realidades que no corresponden con el tiempo que nos ha tocado vivir, ya lo decía Sartre: “No perdamos nada de nuestro tiempo; quizá los hubo más bellos, pero este es el nuestro”. Y las actuales generaciones parecen no entenderlo, viven de la imagen, de la moda y, las generaciones pasadas algo tenemos que ver, hemos eliminado el saber para la escala menos evolutiva. Son tiempos crueles y poco prometedores, los jóvenes han sacrificado el conocimiento en pos de la simple utilidad de los objetos, si de por si ya era una tarea descomunal sacarlos del sistema apócrifo de las redes sociales, la pandemia ha hecho de ellas su única arma para enfrentar un presente que habrá de dejar crisis económica, pero aún más peligroso, crisis existenciales. Los jóvenes mueren de nada, no existe algo que los pueda sacar del tedio y del aburrimiento camuflado de memes en la risa falsa, es aterrador el panorama, el libro que debía surgir como elemento sustancial de la imaginación, apenas puede jugar un papel incidental en un mundo neoliberal que se destruye así mismo. ¿Entonces qué hacer? Habría que saturar las redes con poesía, con arte, que el arte se filtrara hasta las plataformas de mensajes de los teléfonos celulares, parecería una labor titánica, pero habrá que intentarlo, regresar al principio de los tiempos cuando el hombre sabio se bañaba de conocimiento para poder expresar sus sentimientos que le permitan volver a tocar el humanismo, lo que ocurrirá en un futuro inmediato, es el resultado de lo que hemos segado, un conjunto de actividades sin forma, sin el menor sustento a la credibilidad y si al infortunio.

3: No te avergüences de no saber decir adiós, pero si te quedas sin quedarte no habrá sombra que cubra tu inmenso fracaso, es mejor huir a tierra de tristeza que quedarse con un poeta que lo quiere todo de ti.

4: Los poetas somos seres heridos, cada remedio de amores que damos nos cuesta un jirón de piel, mostramos un camino que no hemos recorrido, la verdad es que no sabemos vivir, nuestra tarea consiste en dar aliento hasta el último suspiro.

5: Muchos se jactaban de ser libres, otros luchaban por la libertad dando la vida; pero yo no, llámenme loco, para mi la libertad no ofrecía nada, yo quería estar encerrado en su pecho, ser de ella, prefería el confinamiento entre sus piernas y una vida no me bastaba.

6: Escriban sus comentarios, críticas y más críticas y nada de elogios a: [email protected]  twitter: @Vidal_Evans

 

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