Recortes y presunciones
 
Hace (46) meses
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Estaba apenas revisando lo que debería decir sobre educación, cuando de pronto me entero de que las cosas no van bien en medio ambiente. Hablemos una vez más de educación, me dije, ya después abordaremos un tema que es fundamental para el presente. La relación entre destrucción ambiental y aparición del Covid-19, según el Programa para el Medio Ambiente de Naciones Unidas.

Eso estaba pensando y anotando, cuando me entero de que hay un recorte superior a 70% en gastos de conservación y un impresionante recorte de personal en la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y que esto pone en riesgo el cumplimiento de algunos programas de carácter ambiental.

Que este recorte es férreamente defendido por parte del secretario de Medio Ambiente, diciendo que la reducción presupuestaria no pondrá en riesgo ninguno de los programas del ente, hoy amorfo, que tiene a su cargo. Y la defensa incluye la mención de los 30 millones de votos que llevaron al poder al presidente en funciones.

En lo personal, estoy plenamente convencido de que el presidente López Obrador llegó acompañado de 30 millones de votos, pero también entiendo que esos 30 millones de votos, más que confianza y certidumbre, provienen del hartazgo social con los gobiernos anteriores. Surgen de la necesidad de vivir mejor, demanda central de la sociedad mexicana en las últimas décadas.

Pero al hacer referencia a los 30 millones de votos que los llevaron al poder, el secretario de Medio Ambiente afirmó que tienen proyecto y que “estamos comprometidos con un proyecto político y ambiental muy concreto”. Esta frase, oportunista, veleidosa y llena de soberbia, rebotó una y otra vez. Tenemos 30 millones de votos.

Como si tener los 30 millones bastara para ir por la nación repitiéndolo hasta el hartazgo. Como si 30 millones de votos fueran patente de corso y que bastaría mostrarla en cada uno de los mares de la democracia para atacar y devastar la administración pública y poner en riesgo las metas ambientales de la nación que dice representar.

Y vaya que la muestra, se las embute por el rostro a los otros corsarios del medio ambiente, a los que han perdido el favor del reino y, por ello, ahora miran como el nuevo corsario pasea su papelucho de secretario frente a ellos.

Víctor Manuel Toledo, secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales espeta, al más puro estilo cuatrotetista, a sus críticos que “los cuatro exsecretarios de la Semarnat que firman este manifiesto son personajes ligados con los negocios verdes, empresarios, corporaciones y hay que aclarar que no hay ambientalismo puro, hay ambientalismo de todos los matices y aquí estamos frente a un ambientalismo de la derecha en tiempos nuevos”.

Pero hace algo más en su declaración el secretario de Medio Ambiente, dice que no ve ambientalismo puro, que hay ambientalismo de todos los matices. A lo que valdría responder: los muchos matices ambientalistas que observa son los matices de la democracia que gobiernan, las opiniones y luchas de muchos sectores, si hasta entre los fifís existen posturas ambientalistas. Valdría la pena, también, que nos dijera ¿qué entiende por ambientalismo puro?

El estilo cuatrotetista se está volviendo un estilo peligroso, no son más que un puñado de democratistas con ínfulas de pueblo. Una horda que al escuchar una crítica empiezan a vociferar: “Es de derecha, es conservador, es fifí”.

Aun cuando en los tiempos de la 4T es muy arriesgado opinar, criticar, señalar, porque no están acostumbrados ni al poder ni a la rendición de cuentas ni a la autocrítica y confunden el autoritarismo con el centralismo democrático socialista. Sería importante que el secretario mostrara el proyecto político y ambiental muy concreto que dice tener y con el cual garantiza no solo la defensa y conservación del ambiente, sino también el poder detener las amenazas que se ciñen sobre él.

Y es que las dudas surgen cuando existen antecedentes no muy buenos en torno a los asuntos ambientales del país. Podemos señalar al menos unos cuantos de Hidalgo, que reclaman acciones inmediatas que den como resultado beneficios ambientales para todos y cada uno de los habitantes de las regiones en las que se presentan. Los problemas son de la esfera de competencias federales, así que de ninguna manera son cosas que han dejado de hacer otros niveles de gobierno u otros poderes del Estado mexicano.

La declaratoria de emergencia de la región de Tula. Sí, claro está que es un problema de carácter histórico, un problema con al menos cinco décadas de existencia, pero ello no implica, bajo ninguna circunstancia, que el gobierno de México no intervenga en su solución. Menos que no señalemos su existencia y la necesidad urgente de resolverlo.

Un problema que, a decir del propio secretario, ha vuelto inhabitable la región de Tula. Se necesita operar un programa de saneamiento integral de la zona y de restauración ecológica que permita hablar de que la presa Endhó, el río Tula y una gran extensión de tierra cultivable en los distritos de riego 03 y 100 puedan contar con un tipo de agua diferente, tratada y libre de metales pesados.

Pero, además, las personas de la zona deberían de contar con aire de calidad, libre de emisiones como el dióxido de azufre, entre otros muchos, despedido por la termoeléctrica de la Comisión Federal de Electricidad ubicada en la zona. Emisiones de Pemex y de las empresas privadas que, a pesar de que son privadas, son reguladas por la Semarnat y la Profepa.

Aun no termino de escribir y me encuentra de frente la declaración del presidente de la República: “Que cada quien se ubique en el lugar que corresponde, no es tiempo de simulaciones: o somos conservadores o somos liberales”. Y lo hace con la certeza de que se está en contra de la transformación o a favor de ella.

Esa postura no deja de ser sorprendente. Si señalas un equívoco, ¿eres conservador? Hay un proceso en política denominado crítica y autocrítica, es importante que hagamos uso de él, por el bien del país.

Sin embargo, desde ahí, desde esa forma de acallar la crítica, de no tener una práctica autocrítica, una postura verdaderamente liberal, de privilegiar al pueblo en la toma de decisiones, a favor o en contra, es que se ve reducida la cuatro-te. Y eso pone de relieve y les da contexto a las perniciosas declaraciones de Víctor Toledo.

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