La cabalgata contaba más de cien, entre caballos, mulas y machos, todos iban encabezados por un empistolado de apellido Austria; todos fueron invitados a visitar las comunidades para informar que otro Austria iba a ser presidente municipal.
El calor de Tepehuacán era fuerte, pero a caballo y con sombrero, los jinetes poco lo sentían, lo importante era mostrar que la “voluntad popular” coincidía con el interés de Francisco Austria de que su sobrino sería el candidato a presidente municipal.
Apenas entrada la tarde, todos los jinetes reunidos alrededor de una gran fogata, se daban vuelo con la caña que abundaba en estas fiestas del patrón, como le decían a su anfitrión que, por herencia, según decía, era propietario de miles de hectáreas, cientos de cabezas de ganado y decenas de inmuebles del pueblo, “porque aquí si trabajamos, no somos flojos”, afirmaba.
En su tienda, estaba el único teléfono que comunicaba a esta población de gente depauperada con el exterior.
Uno llamado Porfirio acariciaba una pistola plateada en la reunión mientras preguntaba a los reporteros, ¿ustedes no me creen, verdad? Corría la elección de candidatos a presidentes municipales, a la que había convocado el entonces presidente del PRI, Adolfo Lugo Verduzco, en su modalidad de consulta a las bases.
En aquel rincón de la sierra, así se realizaban las campañas políticas, las cuales, por razones obvias, no tenían opositores y por ello, buscaban darse el eco de los periódicos para legitimar sus esquemas de sometimiento, disfrazado de aco democrático.
Claro que este relato sucedido hace más de cuarenta años, nada tiene que ver con nuestra realidad que urge en estos momentos la llegada de un nuevo gobierno.
Aunque esa voz metálica de quien ostenta el poder o busca preservarlo, todavía campea en nuestro paisaje democrático.
Carolina Austria ha subido el tono de su discurso con un claro afán de poner calificativos a sus oponentes, en este caso, al de Morena, a quien ya tildó de huevón y holgazán, muy con las palabras que utilizaban los caciques para justificar los despojos o atropellos.
Resulta lamentable que la secretaria general de un partido nacional disminuya el nivel de la competencia, que recurra a la denostación, al vituperio como mecanismo para atraer simpatías.
Lo sucedido en la jornada del domingo, claro está, significa un grave golpe a esta candidata y sus aliados, porque de la nada salieron a votar más de 425 mil 421 hidalguenses en favor del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Esto nos muestra que el candidato morenista, tiene asegurado su pase al cuarto piso de palacio de gobierno y, tal vez, por ello, el mal humor, si tomamos en cuenta que el actual gobernante Omar Fayad Meneses alcanzó el triunfo con 520 mil sufragios, es decir, cien mil votos más.
Las variantes para alcanzar esos votos faltantes, las puede responder el INE, quien habrá de colocar tres casillas más por cada una que colocó en la revocación de mandato, es decir, ya no las podrá esconder como esta ocasión, ya no obligará a las comunidades a desplazarse para emitir su voto.
Aún resta casi cinco semanas, justo sería que los hidalguenses pudieran emitir un voto razonado a partir de ideales, de propuestas y no justamente por las descalificaciones hacía un candidato -hombre, que por supuesto, se encuentra atado de manos para responder e incurrir en delitos de violencia de género.
Existe un libro del INAH, denominado Etnografía de la Dominación en México. Cien años de violencia en la Huasteca, en el cual fundamentan desde un punto de vista científico la forma de gobernar de algunas familias, entre ellas la Austria.
Nimiedades: Se generaliza la especie que pequeños centros de espionaje ya fueron montados en lugares estratégicos de Pachuca, Tulancingo y Huejutla. A la mejor quieren escuchar que dicen los otros.
