Esta semana, lamentablemente el tema de los feminicidios ha cobrado fuerza; como sociedad tenemos que reconocer que no hemos sido capaces de solucionarlo. La muerte de Ingrid Escamilla nos muestra claramente nuestra triste realidad.

A la vez, y en un muy desafortunado momento, el Fiscal General de la República Alejandro Gertz Manero propuso reformar el artículo 325 del Código Penal Federal para que el tipo penal de feminicidio se considere por una sola razón de género y no por siete.

Lo anterior desató toda una serie de reclamos de muchas personas y, ante la polarización que existe en nuestro país, también fue aprovechado por muchos para golpear al actual gobierno, confundiendo más a la sociedad y creando un vacío de incertidumbre de que es lo que realmente quiere modificarse, donde todo parece indicar que no es este el mejor momento para discutirlo. Al menos la manera en que se presentó esta iniciativa no fue la idónea.

¿A qué grado tienen que llegar los sucesos para darnos cuenta de la descomposición social que vivimos?

La lucha a favor de erradicar la violencia en contra de las mujeres debe seguir, no debe haber marcha atrás, y es responsabilidad de todos los órdenes de gobierno y de la sociedad tomar acciones en conjunto para lograrlo. México sigue siendo un país donde predomina el machismo, en donde los hombres siguen insultando, minimizando y golpeando a las mujeres en sus hogares. No puede ni debe haber marcha atrás, el gobierno federal debe hacer suya la lucha y no ser omisos a la realidad. Deben continuar los esfuerzos como los de la Ciudad Mujer, así como los centros de justicia para las mujeres; debe de haber un mayor presupuesto para atender las denuncias y darle seguimiento y protección a miles de víctimas que existen.

El problema es más grande de lo que se pueden imaginar. En Hidalgo, cuando inició operaciones el Centro de Justicia para las Mujeres no pasaron muchos días para que cientos de féminas acudieran a solicitar ayuda, lo que permitió dimensionar el grave problema.

Nos hace falta mucha educación y capacitación para no llegar al extremo de lo que estamos viviendo, esperemos que después de todo lo que ha pasado esta semana los responsables de la política en esta materia tomen nota y se vea una estrategia que permita erradicar estas conductas. Como sociedad no debemos dejar que esto se convierta, como muchos otros problemas, en algo “normal” o que nos acostumbremos y no nos interese.

Todos y todas somos hijos de una madre, muchos tenemos esposa, hermanas y algunos tenemos el privilegio de tener hijas. Pongamos nuestro granito de arena para que México cambie, para que logremos erradicar este gran mal que nos hace tanto daño.