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Hace (51) meses
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En los últimos 15 días el terror volvió a estremecer a las familias de la zona huachicolera de Tlaxcoapan, Tetepango y Tlahuelilpan.

Nada menos que la madrugada de este martes cientos de familias de las colonias la Vega y San Pedro de Tlaxcoapan, tuvieron que salir con solo lo que tenían puesto, debido a lo que ya se ha convertido en una práctica común en la región, una fuga de hidrocarburo provocada por la extracción ilegal de combustible.

Atemorizados los habitantes de estas colonias castigadas por el robo de los ductos y que al percibir el olor a gasolina de nuevo regresa a su mente aquel 18 de enero cuando explotó el ducto que cobró la vida de 137 personas.

La experiencia tan dolorosa dejó en los habitantes una enseñanza de no acercarse a los ductos ni a las fugas para evitar riesgos, pero no ocurre lo mismo con los huachicoleros a quienes parece que acabar con 137 personas no les preocupa en lo más mínimo, total, no son de su familia.

Al platicar con las familias de Tlaxcoapan, donde ocurrió la fuga, en la de este martes el olor a combustible era tan intenso que casi sentían que estaban tomando gasolina. Algunos tuvieron que ir al médico por el malestar que les provocó el hidrocarburo. Otros literalmente tomaron lo primero que encontraron y salieron corriendo, temiendo que en cualquier momento explotara la nube de gas que se formó alrededor de la fuga de combustible.

Apenas hace 15 días, a unos cuantos kilómetros de esta fuga, en la comunidad de Juandhó del municipio Tetepango, la obra de mantenimiento y reparación en la estación de rebombeo a donde llegan cinco líneas de ductos provocaron tal explosión e incendio que por más de ocho horas mantuvieron aterrados a los vecinos y las autoridades federales, estatales y municipales, e incluso los pobladores tuvieron que trabajar coordinados para lograr controlar las llamas de más de 40 metros de altura.

Pero ni la muerte de cientos de personas, ni la contaminación de los canales de riego de los cultivos, ni la salud de miles de familias, detienen a los huachicoleros que solo ven por sus intereses.

Lo grave es que, a pesar de las evidencias, el titular de Pemex afirma que, en un año, el robo de combustible ha bajado considerablemente, porque él tiene otros datos.

Según sus números, en 2018 se robaban 58 mil barriles diarios de combustibles y ahora solo 5 mil barriles diarios.

Pero, cómo se explican que en Hidalgo se han detectado 3 mil 451 tomas clandestinas y se han decomisado más de 850 mil litros de combustible. Y si lo multiplicamos por todos los estados afectados por el huachicol, como que las cifras no cuadran.

 

Palabras más, palabras menos.

En el Día Internacional de la Discapacidad, quienes se dedican a esta noble profesión están encabronados y lo que le sigue por las declaraciones del presidente, cito: “Muchas veces la discapacidad se vuelve permanente porque no hay atención, no tenemos buenas clínicas, no hay avance en esta materia”.

Cito a los terapeutas de rehabilitación: “Muchas pinches gracias señor presidente por ignorar a todos sistemas de rehabilitación que hay en el país”.

Y para muestra un botón.

Tan solo en Hidalgo hay 60 unidades básicas de rehabilitación en al menos 50 municipios, hay seis centros regionales y laboran en ellas más de 300 profesionales de la salud.

Un dato más.

Hidalgo es el primer lugar nacional en atención a personas con discapacidad. O sea que la rehabilitación cuando menos en Hidalgo tiene otros datos.

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