Sin duda alguna, la historia de la violencia en México es una violencia que tiene una raíz histórica de largo plazo. Desde principios de los años 80 del siglo XX se comenzó a expandir, fundamentalmente, a través de un cambio mundial del mercado de drogas y esto trajo como consecuencia que en los años 90 el incremento de varios grupos delictivos empezara a controlar el mercado nacional, pero también en búsqueda de nuevas formas de protección del negocio”, así lo afirmó en exclusiva el Dr. Salvador Maldonado Aranda, de El Colegio de Michoacán.

“A pesar de este incremento de grupos delictivos, desde mediados de los 80 a la década de los 90, la reacción del Estado mexicano no tiene paralelo en la historia nacional; desde que el gobierno de Felipe Calderón asumió la presidencia de la República declaró la llamada ‘Guerra contra el Narcotráfico’, que utilizó fundamentalmente al Ejército, la Marina y las instituciones asociadas a la procuración de justicia, no habíamos tenido en México una estrategia de este calibre.

“Sin embargo, el punto central de esta confrontación, particularmente desde las fuerzas del Estado, lo que hemos visto a lo largo de estos años es que en lugar de retroceder los niveles de violencia se incrementaron a un nivel inimaginable. Y digo inimaginable porque las estadísticas que se empezaron a construir desde esos años siguieron siendo ambiguas, complejas, en radiografiar los múltiples efectos que se estaban teniendo de estas violencias”, explicó el antropólogo Salvador Maldonado.

“Por eso señalamos que desde el año 2006 la estrategia de seguridad que se planteó ha tenido consecuencias realmente dramáticas para la sociedad, hasta la fecha. El gobierno de López Obrador, que ha intentado replantear esta estrategia, cambiar el enfoque de seguridad centrada, como había sucedido años atrás, de combate directo al crimen organizado”, dijo.

“Lo que se propuso AMLO fue que, en lugar de confrontar a los grupos del crimen organizado, se deberían entender, lo que se llamó las causas; por ejemplo, atender a la población joven, que estaba siendo reclutada por estos grupos. Se planteó hacer una investigación, un registro, monitoreo, a través de la Unidad de Inteligencia Financiera, de las cuentas de varios personajes asociados al crimen organizado, como se ha hecho en mayor medida. Estrategias más de prevención, que de confrontación”, añadió.

Fernando Fuentes