Me Dueles
 
Hace (45) meses
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Para mi chica

 

1: No te sé, me dueles, en las preguntas que dejas sin responder, en las ocasiones que te sientes sin vida, en los recovecos de piel donde ya no estás, en cada esquina del super donde no te veo, me dueles en la bolsa del pantalón, donde ya no está tu mano, en el remanso y diminuto papel donde escribiste que tu culo me espera, me dueles, interminablemente aún me dueles, en la sopa literaria donde apenas puedo sorber tu nombre, para que mis labios paladeen las sílabas arrítmicas de éste, oeste, tú tan al norte de mi sur. ¡Ausch! Me dueles en las costas del corazón, donde tu olor se ha ido a perpetuar en otro sitio, allá donde tal vez pronuncies mi nombre violentamente, y me llames cobarde, y te muerdas la lengua, esa extensión de mi lengua que una vez probó tu líquido vital que nos supo a vino, te extraño y me dueles en la despedida cruel que no avisa, nunca avisa que nos marchamos y que dejamos de ser eternos, dejas de ser mi chica y yo quedo sin correa, perdido en laberintos de esta tierra, sin cobija, sin agua sin un sustento que llevarme a la boca, entonces recuerdo tu sostén a la orilla de la cama y pienso 2 segundos, 3 minutos, 4 horas, pienso en morder manzanas. Me dueles porque nos has dejado perder entre tanta gente, entonces conozco los celos, porque no sé dónde habitas, dónde vas, con quién hablas, pienso en el futuro más desolador, y te veo comprando mis libros, abrazándote a ellos por las noches, ellos te leen, pero no está el autor, él está en otra parte, llorando, completamente solo.

2: Llega a mis manos un poema intitulado Penélope, del maestro Francisco Álvarez Hidalgo, el cual transcribo a continuación. ¿Dónde estarás, amor? ¿Qué extraños mares / surcas bajo la cólera violenta / de vengativos dioses, mientras lenta / cada noche acentúa mis pesares? / Me siento extraña en nuestros propios lares / sujeta a las presiones y a la afrenta / de cada advenedizo, que acrecienta / su ambición entre copas y cantares / No tardes, apresura tu regreso / que se me ha helado ya el último beso / y mi cuerpo ha olvidado tu calor / Que estoy, como el fiel Argos, desvalida / ciega y sorda sin ti, casi sin vida / pero guardando incólume mi amor.

3: Escribo un poema que salió de mi costado / con aires ridículos y una hambre endemoniada / quiero comerme el mundo en bocanadas de humo negro / saciarme de palabra y de poesía / Desde mi laboratorio de éter / se remozan las tareas acartonadas / dos de azúcar bien cargadas en la noche / muerte precoz a causa de un dolor en la mirada / Las voces callan en lo alto del respaldo / ya no soy yo, ni tú, ni tanto / el suero es una lluvia pasajera / las huellas se disuelven en el barro / Tarde de ti, noche de canto / efímero galope de imágenes volando / flecha voraz en este mal de variaciones / atrévete a ser tú, yo, mi, ni cuando / Se me resbala la piel en un sólo cascajo / se enferma el alma el sol y el badajo / se muere la flor marchita en el armario / vuelve la luz en torno a un grito desalmado / Revientan de un silbido las costillas / varadas en la cama de sulfato / la voz se acerca tempestiva / herencia que renace en nuevo día / Gaviotas en la costa de madera / benévolas mareas clandestinas / contágiame tu cuerpo, tu energía / aprémiame a escapar de la rutina.

4: Me pregunta una amiga ¿qué busco en una mujer? Y mi respuesta es larga y nada compleja, busco exactamente lo contrario de lo que los hombres buscan. Busco una mujer que no complique el amor, perdida como yo, que observe cuan sencillo se forma una nube y cuan sencillo se difumina. Cada detalle entra en mí como un taladro al fondo de mi cerebro, y eso hace que se vuelva complejo lo que debiera ser fácil; busco una lectora que desee tener un hijo pianista de nombre Ulises Miguel, busco un freno que ponga mis pies en la tierra cuando vuele demasiado, busco alguien con quien compartir a mi Parra, a mi Whitman, a mi Beethoven, a mi Shumann; busco a una mujer capaz de cambiar su mundo en un cerrar de ojos, que se deje herir por la poesía mientras yo le encajo una mordida en el cuello con mi Cortázar; busco una mujer de teatro, pintura, música, de vida; una mujer que desee crecer conmigo; busco el orgullo de mi orgullo. Creo que la ADMIRACIÓN mutua puede llegar más allá que el amor. Por eso busco, por encima del mar y debajo de las piedras; busco la lucidez en la pareja; la inteligencia para tomar las cosas de un modo seguro, confiable, sin aquella duda que te parte el corazón. El busco en la atrocidad y en la belleza; busco una mujer tan clara como yo, que abra sus puertas al arte, que se una a mi guerrilla de dos para cambiar el mundo. Busco a alguien que no desee salvarse, que se hunda conmigo y se juegue el pellejo a mi lado. Busco a una mujer que decida cerrar etapas bellas para inventar por la noche aquellas que nos harán más felices que las anteriores. Ahora te pregunto cara de gallina: ¿Tú eres esa mujer?

5: Escriban sus comentarios, críticas y más críticas y nada de elogios a: [email protected]  twitter: @Vidal_Evans

 

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