Los frentistas
 
Hace (71) meses
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Como los priistas, los morenistas y los independentistas, los frentistas están más que seguros que su respectivo candidato, Ricardo Anaya, ganará, además de las elecciones presidenciales, el primer debate. Seguramente, para ver el debate el próximo domingo, muchos frentistas ya se dieron cita en alguna de las casas de alguno de ellos para poder gritar en bola: “¡Tú puedes, tú puedes. Yessss, you can!!”, frente a su pantalla de televisión de 90 pulgadas mientras cenan jabugo acompañado de quesos manchegos curados con un excelente vino de Querétaro.

Peleando su candidato en segundo lugar en las preferencias, saben que el enemigo a vencer, sin duda, es AMLO, lo cual los tranquiliza. Saben que el candidato de Morena es pésimo para debatir, que no sabe hablar de corridito y que se tarda una barbaridad de tiempo en formular sus respuestas. Sin embargo, el que más les preocupa en este debate es Meade. Temen que el candidato de Todos por México pueda llevar consigo documentos que confundan aún más al electorado respecto a las supuestas operaciones de lavado de dinero de Anaya por la compra de una nave industrial de 850 mil dólares. Dichos que seguramente estarán más que apoyados por los inevitables ataques de Margarita Zavala.

“Seguro Calderón ya le lavó la cabeza a su esposa con quién sabe cuántas mentiras. Todo el mundo sabe que el ex Presidente es, precisamente, el negativo de Zavala. Cada vez que le preguntan por la guerra de Felipe Calderón contra el narcotráfico, tartamudea, no sabe qué decir y se hace bolas a la vez que se le escurre el rebozo”. También dicen: “Lo que debería de hacer Anaya, para defenderse de los ataques de sus contrincantes, es dirigirse, de vez en cuando, a las cámaras en inglés y en francés”. “¿No te encanta cuando habla de los priistas y dice ‘corrrrrrrrruptos’, con muchas errrrres?”.

“En el debate, tiene que insistir que investigará a Peña Nieto, hasta las últimas consecuencias, y que por eso el Presidente le tiene miedo”. “Lo bueno con nuestro candidato, además de su juventud e inteligencia, es que todos los ataques se le resbalan. Entrenado por su gran coach, Diego Fernández de Cevallos, no le afectan. Él responde con contundencia como si fueran falsos todos los ataques”. “Atacará a AMLO con argumentos, sin miedo, llamándolo ‘iluminado’ y recordándole la corrupción de Bejarano y de su secretario de Finanzas cuando era jefe de Gobierno. Anaya, no se deja”. “A Margarita Zavala no la va ni a ignorar y menos al tramposo de El Bronco”. “Él sí tiene credibilidad, no como los otros”. “Con Meade, no tiene problema. A él lo va a atacar por ser el postulado del PRI. Basta con que le recuerde la casa blanca y las víctimas de Ayotzinapa”. Curiosamente, cuando hablamos del Frente, también nos referimos al PRD.

Hay que decir que esta coalición, más que unir, en algunos aspectos, ha dividido a los frentistas. Algunos de ellos, sobre todo los queretanos que conocen a Anaya desde hace muchos años, alucinan a los de izquierda y éstos, a los de la derecha. Cuando discuten entre ellos, confiesan que ya no entienden nada. Los más panistas consideran que esta coalición es una traición al fundador de su partido, Manuel Gómez Morin. Para no confundirse aún más, optan por ya no averiguar y limitarse a enviar “puras buenas vibraciones” a su candidato, por eso le envían muchos tuits con emoticones de aplausos y con caritas sonrientes. Entre los frentistas, como en los demás partidos, también hay muchos lambiscones que están detrás de un “hueso”. ¿Qué darían por integrarse a la campaña aunque fuera para ocuparse de las redes del candidato, especialmente para los postdebates? ¿Cuánto desearían ponerse a sus órdenes para cual- quier Secretaría? Y, ¿cómo les gustaría estar presentes en el cuarto de guerra y escuchar las discusiones entre su equipo y Jorge Castañeda y las estrategias de ataque? Seguramente estos seguidores de Anaya confían en que las capacidades de su candidato, por su labia rebasarán a AMLO y buscará provocar la irritación de los demás contendientes. Lo que no saben estos frentistas es que Anaya, en el fondo, está muerto de miedo por los trapitos sucios que le pueden sacar y por sus contradicciones ideológicas, como representante de dos partidos antagónicos. A este candidato habría que decirle en francés, idioma del que tanto se ufana de hablar: Le grand défaut de la jeunesse est de ne pas savoir se modérer.

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