Lecciones de nuestro continente
 
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Conforme pasa el tiempo seguimos viendo en las noticias la inconformidad de la población en contra de los gobiernos en varios países. Por un lado, vemos lo que está pasando en Chile, un país que llegó a ser ejemplo en materia económica por la implementación hace ya algunos años del modelo neoliberal acuñado en Chicago por Milton Friedman, pero en otro sentido totalmente opuesto estamos frente a un escenario como el de Bolivia en donde la población tomó las calles y literalmente corrió a su presidente y gabinete; este país aplicó políticas económicas totalmente opuestas al neoliberalismo.

¿Qué es el neoliberalismo y porqué se cuestiona tanto? Friedman, su creador, habló que lo mejor era el libre mercado, hizo mucho inacapie en que el estado se dedicará a temas como la seguridad y la educación, siempre mencionaba que el estado no era un buen administrador por lo que poner a los gobiernos a dar otros servicios no era nada eficiente. Los errores de los gobiernos son más graves que la de los mercados y habló de que las políticas económicas y los economistas debieran enfocarse en los resultados no en las “intenciones”.

De ahí que, en muchos de los países, incluido el nuestro, optara por la privatización de empresas que eran del estado como Teléfonos de México, TV Azteca o las armadoras de trenes en ciudad Sahagún, por poner sólo unos pequeños ejemplos. La realidad es que si vemos lo que ha pasado en México, sí ha sido mucho mejor que el gobierno no administre ciertos servicios y que exista un libre mercado. Por otro lado, si observamos lo que sucedió en Bolivia: todo iba marchando bien derivado de los precios de las materias primas que venden, el consumo interno, la baja en la tasa de desempleo y hasta cierto punto el endeudamiento como palanca de crecimiento.

¿En donde fallaron estos dos escenarios?

La respuesta está en la parte política, en el caso de Chile y dicho por Rolf Luders, ministro de economía de Pinochet, en una entrevista para Luis Fajardo de la BBC y quien fuera un discípulo de los famosos Chicago Boys de Friedman, menciona que parte de lo que esta sucediendo en las movilizaciones se debe a las expectativas que los políticos le han prometido a la gente en sus campañas y que no pueden resolverse de un año a otro.

En el caso de Bolivia todo el problema se derivó de la insistencia de que el presidente Evo Morales quisiera quedarse a gobernar otro periodo en medio un proceso electoral totalmente cuestionado. Aquí están los ingredientes que han encendido los animos de la población. Si vemos estos casos y analizamos otros tantos en nuestro continente, podemos ver que lo que puede pasar en nuestro país es totalmente predecible si las cosas no se hacen bien.

Pareciera que en México queremos arrancar el neoliberalismo para imponer otro modelo o una combinacion que ya no sabemos en qué pudiera resultar. Lo que sí está claro es que se siguen prometiendo cosas y generando falsas expectativas que pueden derivar en otras consecuencias y si a esto le agregamos el ingrediente de quererse quedar más tiempo en las posiciones para lo que fueron elegidos se cumple lo que pasó en Bolivia.

De ahí la importancia de generar equilibrios y respetar al máximo nuestra Constitución. Aunque a muchos no les guste lo que comentó Friedman es totalmente cierto, la economía de un país no puede vivir de “buenas intenciones” debe medirse por resultados. Así que esperemos que se den buenos resultados con el paso de los años y se evite caer en tentaciones que provoquen un descontento social.

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