Asediado por chapulines, infiltrados, grupos de poder fáctico y otras especies, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) buscará afianzarse como la primera fuerza política de izquierda en Hidalgo, aunque para ello deberá pelear con su propia dirigencia nacional que arrebató de manera unilateral la toma de decisiones sobre las elecciones municipales en puerta.

La simpatía que generó el movimiento en torno al presidente Andrés Manuel López Obrador entre los hidalguenses, les brinda de entrada la posibilidad de triunfar en al menos 60 municipios, según sus propias estimaciones.

Es evidente que tránsfugas del PRI del PAN y otros partidos morralla se han incorporado al trabajo de algunas de las expresiones que cohabitan al interior de Morena, algunos con intenciones de alcanzar una candidatura y otros con mayores ambiciones tienen como meta apoderarse de este instituto colocado en la cúspide de la noche a la mañana.

Sin embargo, esta infiltración no ha logrado cuajar en las actividades de la dirigencia estatal. Allí, a decir de sus integrantes, no han visto la presencia del Grupo Universidad, de algunos nefastos tricolores como Canek Vázquez, Israel Félix, entre otros tantos, aun cuando se dicen los elegidos, basados en costosas e inútiles encuestas a modo que han publicado en las redes sociales.

La selección de candidatos inició en los propios municipios, buscando que sea respetado el 65 por ciento para militantes y el resto para aspirantes externos.

Por razones obvias, existe un claro veto para todos aquellos personajes connotados dentro de la administración pública o en otros partidos que se caracterizaron por ser nefastos, ladrones, timadores o mentirosos.

Algunos de sus dirigentes han puesto sobre la mesa la necesidad de recordar que López Obrador abrió las puertas a todos los mexicanos dispuestos a seguir la doctrina de Morena, pero siempre y “cuando no sea un truhan, alevoso y traicionero”, dicen entre ellos.

La decisión tomada por la dirigencia nacional, encabezada por Yeydkol Polensky, de desconocer los trabajos de elección de la dirigencia estatal, motivó que todas las decisiones con miras a la elección serán tomadas directamente en la Ciudad de México.

En ese punto es donde los fundadores de Morena, temen que el desconocimiento de la circunstancia estatal o la existencia de ciertos intereses de la dirigente nacional sean entregadas candidaturas a facciones que justamente no tienen como interés primordial el avance democrático en la entidad.

Y citan como ejemplo a Canek Vázquez, que es desconocido dentro de los trabajos de la militancia de Morena y sus únicas referencias sean aquellas ligadas con el priista Manlio Fabio Beltrones, de quien fue su secretario particular por muchos años y que ahora enfrenta el descrédito nacional por su inminente captura por parte de las autoridades judiciales.

También han llegado extrañas agrupaciones como Pueblos Unidos, una organización dirigida por Nahúm Ortega Camargo, que ya fue rechazada de manera categórica desde la dirigencia nacional. Las razones podrían estar fincadas en su filiación al cristianismo evangélico o sus patrocinios poco claros.

A esta cascada de eventualidades, se suma la sanción que buscan para los diputados morenistas que votaron en contra de la despenalización del aborto. Este es un parteaguas que permitirá mostrar quienes deben llevar la bandera de Morena y quién no.

Total, que enfrenta una difícil situación este partido en su primer parto electoral, aun cuando tenga garantizado el triunfo.

Nimiedades: Pavor tienen algunos funcionarios estatales por ceñirse a los principios de transparencia, tanto que han girado órdenes precisas de no contestar solicitudes que se hacen a través del INAI. ¿Tan torcido está el asunto de los contratos que han firmado?