Las declaraciones de un presunto criminal
 
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Abatido el 12 de mayo en Calzada de Veracruz, Pachuca, José Augusto Vega Pacheco, El Pino, presunto exenlace entre los cuerpos de seguridad y el crimen organizado, fue uno de los principales delatores de la presunta red de protección oficial que recibía en Hidalgo el cártel dirigido por Heriberto Lazcano.
Nombres, cifras y presuntos crímenes relató El Pino en la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO, ahora SEIDO) tras su primera detención, en noviembre de 2011; dichos que derivaron en capturas y supuestos “golpes” a la estructura criminal zeta, en el marco de la “guerra contra el narcotráfico” que emprendió el expresidente Felipe Calderón, quien legó 121 mil 683 muertes violentas durante su mandato, de acuerdo con el Inegi.
Vega Pacheco, por ejemplo, declaró que un sicario apodado El Gato, junto con El Memín, entonces jefe de plaza en Tula, eran responsables de la explosión del coche bomba en Tula, en el que murió el comandante Víctor Peña Pérez, quien, según él, había empezado a “jalar” con ellos, aunque Damián Canales Mena, en ese tiempo secretario de Seguridad Pública en Hidalgo, había atribuido el hecho a una posible “represalia” del cártel, debido a que Peña Pérez había enfrentado cinco semanas antes, “en el centro de Tula” a miembros de los zetas.
El Pino, sin embargo, dijo a PGR: “El que lo mata es El Gato, ya que había sido exmilitar y él sabía hacer explosivos o artefactos, y él fue quien lo mató, y esto lo supe por El Chacal” (un exagente de Mineral de la Reforma que fue detenido en noviembre de 2010 por acusaciones de 13 personas arraigadas por su probable vinculación con siete cuerpos hallados en tiros de mina), que “era amigo íntimo” de El Gato y El Memín.
Asimismo, añadió que “la letra” obtenía información de averiguaciones previas iniciadas en el Centro de Operaciones Estratégicas (COE), a través de personal cooptado.
Los sobres con dinero para los mandos que brindaban protección, refirió, eran amarillos de papel manila.
Si los dichos de El Pino, que derivaron en detenciones (no de todos los señalados) son ciertos, una de sus principales “revelaciones” es que un policía ministerial, cuyo nombre no proporciona, pero que, según él, estaba comisionado como escolta de un político, proporcionaba información.
El sujeto ultimado igualmente aseguró tener relación familiar con la exalcaldesa de El Arenal, Adelfa Zúñiga Fuentes: “con ella entré a trabajar ya que es mi tía, ya que es prima de mi mamá (de iniciales R.P.I.), y es por eso que yo llego como director de la policía municipal”. Cuando ostentaba ese cargo ocurrió su primera detención.

Cuando los hechos son aislados
El 8 de enero se localizó una cabeza y manos cercenadas en el Barrio Alto Primera Sección y en la colonia San José, en Tula; el 27 de abril, el cadáver de una mujer degollada y con huellas de tortura, a la orilla de la presa San Juan Cacaloapan, en Huasca de Ocampo, y el 11 de mayo los restos mortuorios de un hombre, con una bolsa en la cabeza y atado de pies y manos. Los hechos aislados, aseguran las autoridades, mientras los cuerpos se vuelven números.

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