La pandemia no dejará en el olvido el estallido contra la violencia policial
 
Hace (39) meses
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Sé que estamos empezando un nuevo año y quizás esperaban una columna más amable, pero busco recordar que el 2020 no solo quedará en la memoria por una pandemia devastadora, sino que también hubo un movimiento social que dejará eco en las siguientes generaciones en México y en el mundo. Y, por cierto, no estoy en contra de los criterios cursis, sino me creen, los invito a leer mi columna “El amor en los tiempos del Covid-19”.

En mayo del 2020, en Estados Unidos estallaron las protestas contra el racismo, tras la muerte de George Floyd luego de un violento arresto policial en Minneapolis. Dereck Chauvin, el policía que fue grabado por transeúntes poniendo su rodilla en el cuello de Floyd, fue acusado de asesinato en tercer grado y homicidio involuntario.

Para junio, las protestas protagonizaron graves incidentes frente a la Casa Blanca y tras decretarse toque de queda, la Policía dispersó a los manifestantes.

El caso de Floyd se convirtió en un símbolo contra el racismo y la violencia policial y fue un tema principal de la campaña electoral estadounidense y sin duda influyó en la derrota presidencial de Donald Trump. Pero además, generó una ola de indignación a nivel mundial.

Las sedes diplomáticas estadounidenses en ciudades de muchos países fueron escenarios de manifestaciones en rechazo al racismo, a la violencia policial, al presidente estadounidense y al pasado colonialista.

En ciudades francesas, brasileñas, colombianas y mexicanas, entre otras, las manifestaciones se enlazaron con casos locales, mientras se abría un debate por las estatuas de líderes confederados señalados de esclavistas y los lugares que llevan sus nombres.

Nuevas reformas como que la Policía de Nueva York no pueda efectuar estrangulamientos como técnica de arresto, hacían pensar que las tensiones se calmarían, pero explotó un nuevo caso que llevó la ira a un nuevo epicentro en Estados Unidos. Fueron publicados en Georgia, videos de otro arresto policial: Rayshard Brooks, quien, tras resistirse a la detención, fue abatido a tiros por los policías.

En Brasil, el movimiento Black Lives Matter se manifestó contra la Policía del país sudamericano considerada una de las más violentas del mundo.

Mientras que Colombia vivió durante septiembre noches de disturbios y protestas contra la brutalidad policial tras la muerte del abogado Javier Ordoñez, sometido violentamente por la policía en la vía pública, lo que llevó a cientos de personas a la calle de la capital y otras ciudades colombianas. El 13 de septiembre, las autoridades de Bogotá convocaron un acto para pedir perdón a las familias de las trece personas muertas y a los cientos de heridos que dejaron varios días de protestas contra la brutalidad policial, que derivaron en más enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.

México también vivió movilizaciones en junio, cuando manifestantes enfurecidos protestaron tras revelarse de manera pública el fallecimiento del joven Giovanni López.

La muerte del joven albañil de 24 años ocurrió el 4 de mayo de 2020 en el municipio de Ixtlahuacán de los Membrillos, Jalisco, tras ser arrestado por unos diez policías por no usar el cubrebocas. Tras un mes del suceso, se difundió el video que generó la ola de indignación pública, con protestas en Jalisco que se expandieron a otras partes de México rechazando la brutalidad policial. Por si fuera poco, esas protestas ciudadanas posteriores también fueron fuertemente reprimidas por las autoridades.

Una investigación realizada por la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco concluyó que la muerte de López se trató de una ejecución extrajudicial, lo que puso nuevamente en el foco de atención, los viejos problemas que aquejan a las fuerzas de seguridad en México, entre ellos, la falta de capacitación policial y la ausencia de protocolos eficaces para el uso de la fuerza.

El entrenamiento policial debe ir más allá de la capacitación en las armas de fuego y las tácticas defensivas. Debe enfatizar las habilidades y métodos de comunicación para reconocer y aliviar situaciones potencialmente violentas.

Si bien, algunas instituciones de seguridad sí enseñan a los oficiales cómo reducir la tensión de la confrontación, no todas lo hacen. Y las que lo hacen, no se capacita en la medida necesaria y no tan a menudo como deberían.

Tras ser vacunada la primera persona en México, no estaría mal que de regalo de año nuevo o Día de Reyes pidamos a las autoridades mejores reformas policiales, redactadas por personas que han enfrentado desafíos similares que los policías en la calle.

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