Los economistas y especialistas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) prevén un nulo crecimiento en la economía mexicana, debido, principalmente, a las medidas restrictivas para reducir los contagios de Covid-19 y al desabasto energético de febrero.

México resultó afectado durante el segundo mes del año por una escasez de gas natural como consecuencia de la crisis por el frío extremo en Estados Unidos, especialmente en Texas, que provocó cortes de energía y cierres de fábricas.

Tras el caos, empresas estables y financieramente sólidas antes de las afectaciones que sufrió Texas entre el 13 y el 19 de febrero se han declarado en bancarrota. Texas depende en gran medida del gas natural, especialmente en épocas de alta demanda, para suministrar energía al estado. Los expertos dicen que ni las empresas texanas ni las regulaciones ni la infraestructura de gas natural estaban preparados ante los riesgos que provoca una tormenta invernal.

¿Cómo se generó una crisis de esta magnitud en el estado que más produce energía en Estados Unidos y que es el hogar de varias de las compañías de energía más grandes del mundo?

A medida que las temperaturas bajaron y la nieve y el hielo azotaron el estado, gran parte de la red eléctrica de Texas colapsó, seguida de otros sistemas. Las turbinas eólicas y los paneles solares se congelaron, una trascendental planta nuclear perdió la mitad de su generación y hubo fallas masivas en carbón, petróleo y gas natural. Esto, mientras la demanda aumentaba a medida que las personas acostumbradas a los inviernos no tan fríos en Texas demandaban más calor.

Las fallas en las operaciones de gas natural y en las cadenas de suministro de Texas debido a temperaturas extremas son la causa más importante de la crisis energética. Los riesgos que los consultores de riesgo advertían, se cumplieron en muchos de los sectores.

Las repercusiones de la crisis energética siguen impactando en diversos sectores. La tormenta está siendo adversa para la liquidez de muchas compañías texanas. El gran aumento en la demanda de energía hizo que los precios se dispararan dejando a muchos clientes con facturas de electricidad de miles de dólares.

Pero el aumento de precios también tomó desprevenidos a otros proveedores de energía que acceden a la electricidad y al gas natural a través de los mercados mayoristas. A medida que los costos se dispararon, muchas empresas texanas no han podido recuperar sus pérdidas. Todos los actores del proceso energético de Texas comparten alguna parte de la responsabilidad en la crisis energética y en sus efectos financieros que siguen impactando a las empresas. Los expertos advierten que se pueden evitar otras crisis como esta con importantes ajustes como brindar incentivos para que las empresas ahorren energía, actualizarse a tecnología inteligente o políticas ambientales.

En México, además del impacto en el crecimiento económico, la crisis energética de Texas costó 50 millones de pesos a la Comisión Federal de la Electricidad (CFE) y seremos los usuarios quienes lo pagaremos el resto del 2021, como una estrategia para no impactar las tarifas.