Actualmente hay incendios forestales activos en México. En el caso de Hidalgo, en lo que va del año 2021, han ocurrido 20 incendios, los que han generado un impacto superior a 30 por ciento de las afectaciones generadas en el año anterior.
Año con año, los incendios forestales han estado presentes en el país, de hecho, hemos aprendido a hablar de la temporada de incendios y en muchas de las veces, a convivir con ellos como un evento que ocurrirá sin lugar a dudas.
La autoridad ambiental ha informado que “al momento se registran 61 incendios forestales activos en 20 estados del país, con una superficie preliminar afectada de 14 mil 160.4 hectáreas. Asimismo, se tiene un total de 11 incendios liquidados, es decir, ya no representan un riesgo de propagación del fuego”. También, ha dicho que para su atención se encuentran trabajando un total de 2 mil 844 personas combatientes, entre personal de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y otras instancias.
En el caso de las Áreas Naturales Protegidas (ANP), se registran en 12 de ellas, 14 incendios forestales, de los cuales no se da un informe más detallado en torno a la cantidad de hectáreas siniestradas.
Desde aquí, desde la información vertida por la Secretaría de Medio Ambiente y recursos Naturales (Semarnat) parece que la preocupación por los incendios es justa y adecuada. Sin embargo, como cada año, informa en torno a los incendios activos y los incendios sofocados, pero esto solo refleja el acto operativo en torno a la conflagración.
Da por sentado el hecho de que a través del programa sembrando vida, los daños causados por los incendios forestales, serán atendidos y minimizados.
Pero, a lo largo de la historia, se ha demostrado que las reforestaciones que se han llevado a cabo no han tenido los resultados proyectados, en primer lugar, por el tipo de arboles que se usa y, en segundo, porque necesariamente va acompañada de acciones de atención y mantenimiento.
Hay que señalar un hecho, una cosa es segura; informar de los incendios es apenas un mínimo paso en la atención de los incendios, con ello nos enteramos sobre los riesgos que enfrentamos en torno a la seguridad de las personas y sus bienes.
Habría que reconocer que el fuego en sí, según los expertos, no es un problema para los ecosistemas. De hecho, en 2004, The Nature Conservancy (TNC) publicó un informe sobre el papel ecológico del fuego en los diferentes ecosistemas del mundo, comenta Andrés Nájera Díaz, profesor e investigador, coordinador del Equipo de Manejo de Combustibles de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro.
Más adelante, en un documento publicado en 2013, el mismo investigador asegura que “los expertos a partir de las ecorregiones evaluadas, clasificaron que 46 por ciento del área mundial de los principales tipos de hábitat como dependientes del fuego, 36 por ciento como sensible al fuego y 18 por ciento como independientes del fuego” (TNC, 2004).
A pesar de ello, es claro que los daños que se han generado en los ecosistemas por algunos incendios han sido profundos y reclaman de la autoridad acciones encaminadas a lograr y colaborar en la restauración de los mismos.
Y es que en ese sentido, Robert Nasi y otros, del Centro de Investigación Forestal Internacional (CIFOR), señalan: “Los incendios forestales tienen muchas repercusiones sobre la diversidad biológica. A escala mundial, son una fuente importante de emisión de carbono, contribuyendo al calentamiento mundial que podría modificar la biodiversidad”.
Esta conclusión puede tomarse como un llamado a que los incendios forestales, sean atendidos bajo condiciones de política pública y no solo como una temporada que sí o sí se presentará cada año, para la cual debe estar, el Estado Mexicano preparado con personal calificado para atender el siniestro.
Y atender los incendios bajo el marco de políticas públicas implica necesariamente que se pueda entender la importancia que reviste el trabajo de rehabilitación y/o restauración de los ecosistemas dañados, atendiendo a sus características propias y las especies asociadas a los recursos forestales que se afectaron.
A ello hay que agregar los impactos considerados, por el cambio climático en la biodiversidad. En el informe sobre cambio climático y sus efectos en la biodiversidad en América Latina de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) elaborado por Eduardo Uribe Botero, en el que se reconoce que “es poca la información con que se cuenta sobre los efectos que el cambio climático podría tener sobre los individuos de fauna y flora, sus poblaciones, comunidades biológicas, especies y sobre los ecosistemas que las albergan”.
Dura conclusión en la que se deja al descubierto que, en impactos causados por el cambio climático, aún desconocemos la mayoría de ellos y a ello sumamos la forma en que se atiende el fenómeno de los incendios forestales. Acciones aisladas y dispersas en materia ambiental, apunte directo de Cepal sobre los países de América Latina, México entre ellos, sin lugar a dudas.
