EST SEMPER NUPER
 
Hace (49) meses
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Poder conservador (INE) vs Alteza Serenísima (AMLO)
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Para mi Diabla de la Guarda.

 

1: Cuando Mi Diabla y yo recibimos visitas, –los amigos de siempre y para siempre–, la casa se llena de felicidad, nos traen regalitos –como ella los llama– música de Brahms, frascos de Paternina, botana, risas, alegría. Son unas veladas increíbles, se dicen muchos te quieros sinceros y la Diabla se llena de vida, entrada la noche y todavía con música de Brahms la Diabla cachondea mi cuello, les pregunta si les importa que nos ausentemos unos minutos, me lleva al cuarto, cierra la puerta y comienza a masturbarse para mí, le encanta hacerlo, luego nos encueramos y comienzan lujuriosos juegos, y entonces… baja mi pantalón con gran facilidad, yo desabotono el sostén elegante y lleno de estética, y nos hacemos el amor por camino largo, por versos llenos de ritmo e infinito deseo, acentuamos cada movimiento, entrecomillamos el “acto”, y yo busco su paréntesis cerrado que para entonces ya es un corchete abierto y dilatado, hacemos un punto y seguido para saborear el contorno de sus pechitos de niña, utilizamos un punto y coma para contraponer los cuerpos disolutos, ella me pide que deje caer mi lengua sobre sus puntos suspensivos… está caliente y quiere estarlo más, –apenas unos guiones para recitar diálogos llenos de erotismo, de ternura a tope­– un punto y aparte para cambiar de posición, para hacerlo duradero, ella ¡gime! y exclama, e interroga, ella experimenta y me pide frases tiernas, desea probar de otro modo, y entonces ya no es mi suripanta, sino una Diabla tierna que disfruta un sexo tierno y que susurra palabras tiernas, y dejamos que el amor nos haga poéticamente –como ella le llama– disfruta siendo tierna o suripanta, disfruta tanto, tanto. Al terminar, volvemos a la mesa y cocinamos con las manos sucias, nos divierte hacerlo, y platicamos, y comemos, y mi luna gana terreno frente a su sol, y Brahms prosigue, y los amigos la abrazan y la hacen más fuerte, y la llenan de vida, e indirectamente también lo hacen conmigo, y la Diabla ríe, y me mira, y tomamos cerveza y callamos, y nos besamos, y nos sentimos tan parte del momento. Una vez dominado su sol, la princesa saca un cuento que habla sobre un amor grotesco, infernal, donde un hombre poeta viola a una demonio, y la Diabla se excita, y los amigos escuchan atentos, y pone todavía más cara de gusto cuando el cuento le exige decir palabras vulgares y sucias que la humedecen por dentro. Entonces la Diabla pone algo de Louis Armstrong y dice que se ha hecho tarde, que se ha hecho de noche, pero lo dice con los ojos, los amigos comienzan a retirarse uno a uno, de dos en dos, y la Diabla moja sus labios, como una forma de incitarme a la tentación, como insinuando “ahora quiero”; pero no hace falta, porque yo ya tengo los pantalones abajo y la mecha prendida, y nos abrazamos por debajo de las ropas, y nos sentimos por de bajo de las pieles, y nos morimos por de bajo de tejidos y órganos vitales que parecen más bien sexuales, y tomamos las copas de vino y después de morir, dejamos que el amor nos haga, nos reinvente…

2: Que maldito atardecer, que puto frío en las costillas, que elegancia en cada nube de tergal cuando el viento arrecia en los ventanales, y esta memoria llena de basura, donde se encuentran los dolores, las pérdidas, los olores, la fatiga, el recuento. No hay peor castigo, que cargar con la memoria, si encima ésta es larga y duradera peor todavía, los viejos no mueren de enfermedades, mueren de memoria, es tanta la carga que deben llevar sobre sus hombros, que termina con ellos en cuestión de días. Los recuerdos matan. Lo sé porque mi amigo está muerto, lo mato el recuerdo de una mina, tan clara y hermosa como el viento de Alejandría, tan áspera y oscura como la carne de sus huesos. Entonces… mi miedo radica en la acumulación de los recuerdos, demasiada carga para alguien que olvida tan poco. Después de pensar y pensar (dos minutos), decidí contarlo a los amigos que aún están vivos, contar mis recuerdos y que me contaran los suyos, quid pro quo, así podríamos crear una loza poderosa en la cual los recuerdos no pesaran y se mantuvieran bajo resguardo; pero no funciono, mis recuerdos comenzaron a destruirlos, Ricardo fue la primer víctima, Mar quedó en coma, y los demás para qué hablar, así que puse en una balanza los recuerdos buenos y los malos, la balanza parecía inclinarse positivamente, como un sube y baja, y éste bajaba más de lo que subía, mandando por los aires mis recuerdos oscuros y enfermizos, desde entonces mis recuerdos vagan por los aires, haciendo remolinos alrededor de mi nostalgia. Ahora robo, mato, violo, y aún así sigo vivo, con aire nuevo en la garganta y la conciencia tranquila de tantos atardeceres incomprensibles, de tantos finales apoteósicos, en donde Est Semper Nuper.

3: Vaya forma de estar a bien con Dios y con el Diablo, escribirle a dos y que no se den cuenta. La ignorancia la dejé atrás tiempo, lamento mucho que quieran ver una cara que no tengo.

4: Escriban sus comentarios, críticas y más críticas y nada de elogios a: [email protected]

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