José y María estaban en el portal de Belén con el Niño Jesús recién nacido.
Llegaron los pastores a adorar al Niño, y guiados por la estrella llegaron también los Reyes Magos.
Dijo el humilde José a la Virgen:
-Afuera están los reyes y los pastores. Piden tu permiso para entrar a ver al Niño. ¿A quiénes hago pasar primero?
-A los más importantes, por supuesto -le respondió María-.
José salió y regresó trayendo consigo a los monarcas. Dulcemente, en voz baja, lo reprendió María:
-José: te equivocaste.
¡Hasta mañana!…
“¡A partir la rosca! ¡Hoy es el Día de Reyes!”
No importa si alguien se amosca,
pero quiero comentar,
aquí en lo particular,
que el país está hecho rosca.