Empezó ayer el tormento mediático al que cada tres años nos someten los partidos políticos y sus candidatos a alguno de los miles de cargos federales y locales de elección popular.
Como consecuencia de la reforma electoral de 2007, los mexicanos que acostumbramos a escuchar radio o ver televisión seremos bombardeados por miles de mensajes publicitarios o spots durante los 60 días que empezaron a contar ayer y concluirán el 2 de junio entrante.
Dicha reforma estipuló que “los partidos políticos, precandidatos y candidatos a cargos de elección popular, accederán a la radio y la televisión a través del tiempo que la Constitución otorga como prerrogativa a los primeros…” y “en ningún momento podrán contratar o adquirir, por sí o por terceras personas, tiempos en cualquier modalidad de radio y televisión. Tampoco podrán contratar los dirigentes y afiliados a un partido político, o cualquier ciudadano, para su promoción personal con fines electorales… Ninguna persona física o moral, sea a título propio o por cuenta de terceros, podrá contratar propaganda en radio y televisión dirigida a influir en las preferencias electorales de los ciudadanos, ni a favor o en contra de partidos políticos o de candidatos a cargos de elección popular… El Instituto Nacional Electoral es la autoridad única para la administración del tiempo que corresponda al Estado en radio y televisión destinado a los fines propios del instituto y a los de otras autoridades electorales, así como al ejercicio de las prerrogativas y derechos que la Constitución y esta ley otorgan a los partidos políticos y candidatos independientes… Dentro de los procesos electorales federales, a partir del inicio de las precampañas y hasta el día de la jornada electoral, el INE tendrá a su disposición 48 minutos diarios en cada estación de radio y canal de televisión… Las transmisiones de mensajes en cada estación de radio y canal de televisión se distribuirán dentro del horario de programación comprendido entre las 6 y las 24 horas de cada día”.
Así las cosas, ayer empezaron a transmitirse los primeros de los 19.5 millones de spots que escucharemos mañana, tarde y noche a través de nuestros aparatos de radio y TV. Esto se traduce en 325 mil spots diarios, 18 mil 55.6 cada hora o 300.9 cada minuto del día.
Se transmitirán a través de 2 mil 60 radiodifusoras y mil 371 canales de televisión.
Anoté al principio que se trata de un tormento mediático porque los spots generalmente demuestran la poca capacidad, talento y creatividad de los publicistas que contratan los partidos y sus candidatos y corroboran que los dirigentes partidistas y quienes aspiran ganar un cargo de elección creen que los votantes somos idiotas e incapaces de entender y apreciar mensajes inteligentes y propositivos.
La primera muestra de lo que es un spot vulgar que únicamente apela a lo irracional que hay en todos nosotros es el del PAN titulado “Alto a Morena y a la destrucción de México” que desde ayer empezó a difundirse por la TV, en el cual se utilizan palabras que seguramente no pronuncian frente a sus madres los supuestamente decentes y honorables líderes panistas.
No me cabe la menor duda: el presidente del PAN, Marko Cortés, cree que los mexicanos somos estúpidos.
Eduardo Ruiz-Healy