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A criterio de

Don Abundio


Don Abundio dice cosas que a doña Rosa, su mujer, no le hacen gracia.            

La otra noche, por ejemplo, dijo:

-Allá en aquellos años había en el Potrero la costumbre de que el hombre fuera montado en el burro mientras su esposa iba detrás, a pie. Costumbre muy sabia era ésa, y es una lástima que hayamos dejado que se pierda.

Preguntó la señora, amoscada:

-¿Qué tiene de sabia esa costumbre?

Respondió el viejo:

-Las mismas mujeres pedían ir caminando mientras sus maridos iban en el burro. Decían que de ese modo al llegar la noche no agarraban cansado a su señor.

Todos ríen, menos doña Rosa. Le dice a su esposo:

-Tú hace mucho tiempo que no andas en burro.            

Todos ríen otra vez, menos don Abundio.

¡Hasta mañana!…

 

Manganitas

“En la noche de bodas una novia le juró a su esposo que jamás había estado en la cama con un hombre”

Lo que le dijo esa noche

era la pura verdad:

lo hizo siempre, en realidad,

en el asiento del coche.

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