Día cero
 
Hace (35) meses
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Hay lugares que dejan de tener agua; al momento en que eso sucede, se le denomina “Día cero” y se refiere al hecho que impide cubrir las necesidades de los habitantes. Al parecer algunos lugares de México se acercan peligrosamente a esa situación.

Los lugares son entidades, entidades en las que, históricamente, el tema del agua no se ha tomado en serio por sus gobernantes, de hecho, algunos se han vuelto negacionistas en torno al tema y acusan exageraciones por parte de quienes levantan la voz.

Esas entidades son: Aguascalientes, Baja California Sur, Chihuahua, Guanajuato, Ciudad de México, Estado de México, Hidalgo, Jalisco, Morelos, Nuevo León, Querétaro, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Zacatecas.
15 entidades en las que el riesgo de agotamiento hídrico, refleja la inexistencia de políticas públicas reales en materia de agua, 15 entidades en las que la incompetencia de quienes han participado en la administración pública queda plásticamente dibujada.

A esta situación, a pesar de lo grave y peligroso para la estabilidad del país, se le ha denominado “estrés hídrico”. Se ha evitado a toda costa llamarlo, agotamiento de recursos hídricos, cero disponibilidades de agua para consumo humano, construyendo con ello, una falsa percepción social en torno al tema del agua.

A pesar de conocer la situación en materia de agua, los gobernantes han mantenido sus programas y no han pretendido modificarlos y ajustarlos a esta situación anómala. Hacerlo, permitiría redireccionar el uso del agua, planear cada paso y cada inversión que llega a sus espacios.

Pero no, se sigue permitiendo el crecimiento desmedido de las ciudades, otorgando permisos para la construcción de enormes fraccionamientos que se comercializan, en el caso de Hidalgo, fuera de la entidad.

Se pretende, otorgar a esos fraccionamientos y desarrollos verticales, derecho al uso del agua por encima del derecho de las demás personas, se usa el poder de manera discrecional en favor de uno pocos y en detrimento de las mayorías.

Hidalgo, alcanza un puntaje alto, crítico en el uso y destino del agua, en su disponibilidad, a pesar de ellos las grandes empresas embotelladoras, tienen prioridad en el abastecimiento de agua.

En 4.63 se ubica el índice, de lo que la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) denomina estrés hídrico. Alarmante y digno de ser atendido con decisiones rápidas, sobre todo en el marco del cambio climático y de la pandemia por Covid – 19. Es fundamental que las instituciones públicas inicien procedimientos que permitan saber que es lo que van a hacer en medio del desastre que supone la muy baja disponibilidad de agua para consumo humano.

Los que dicen saber, explicarán de mil maneras que es una situación anormal y pasajera, que una vez que inicie la temporada de lluvia las cosas estarán mucho mejor, por cierto, es la explicación que han dado de manera recurrente, quizá porque es la única que pueden citar.

Sin lugar a dudas que, en este momento, más que una visión de catástrofe, es importante reconocer la situación de desastre, porque al hacerlo estaremos en condiciones de poder evaluar la realidad hídrica de cada una de las entidades en riesgo.

Se necesita poder cambiar el rumbo en materia de agua. Cambiar el rumbo implica, entre otras cosas, poder determinar cuales son los resultados de las políticas de agua y que es lo fundamental a cambiar en ellas.

Este fenómeno tiene implicaciones transversales en la política pública del estado, en toda la forma en que se ha administrado y gestionado su crecimiento económico, su desarrollo social. Pero también obliga a que el futuro se piense en función del agua.

El día cero, es un hecho inevitable, es algo que necesariamente va a aparecer en el estado de Hidalgo, lo anuncian las ocho presas secas, la laguna de Metztitlán, los ríos con un bajo volumen. El día cero, es, entonces, inevitable.

Sin embargo, la gestión y la extensión en el tiempo de este hecho, de este día cero, si es posible anticiparlo, planearlo, diseñar las estrategias que permitan que no se extienda más allá de lo necesario. Pero eso implica rediseñar económicamente al estado de Hidalgo, algo a lo que no han vuelto los ojos al menos los últimos 5 gobernadores.

Aun cuando también es posible que el día cero no llegue, desde la actual perspectiva de gobierno, es inevitable, pero se puede construir una nueva, que implique entre otras cosas, en materia de agua: Tratar, reciclar y reusar.

Es importante que para ello se lleve a cabo un ordenamiento hidrológico que nos permite saber cuanta agua tenemos, dónde está esa agua que tenemos, cuánta de ella es limpia, cuánta de ella está contaminada, qué características químicas tiene esa agua y cuales son los mejores tratamientos que puede recibir.

Ordenamiento hidrológico, algo que la Sociedad Ecologista Hidalguense, ofreció al gobierno de Hidalgo y este, simplemente desprecio.

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