Después de la tormenta
 
Hace (43) meses
 · 
Compartir:

Tanger, Marruecos, septiembre 2020

1: Este fin de semana aprendí que estar con una mujer no tiene por qué hacerte sentir solo, que el amor palpable, tangible, es el que está ahí a tu lado, corriendo tu misma suerte, que el cocinar sabe mejor si es para los amigos y con los amigos, que la gente que más quiero está conmigo. He vuelto a ver que los pequeños detalles son los que hacen la diferencia, hacía tiempo que no me sentía tan alerta y la razón es muy simple, vivo de manera pausada, puedo ver en cámara lenta los momentos que componen mis días, traté de huir, pero no sabía de qué o de quién, en el fondo quería perderme, pero ya no en sus brazos, quería mutar de piel, dejar el sentimiento y recomenzar. Estoy muy lejos de aquello que me erizó el pensamiento, tan lejos como pude correr, en tierra desconocida. He vuelto a tomar el toro por los cuernos y preparo un anuncio fenomenal, donde solo mis amigos han sido invitados, ahí entre sus abrazos donde me guardaron y me tendieron la vida. No hablaré de planes futuros porque no los hay, ahora todo es presente, vivo de la improvisación que me da el momento, conozco personas, negocios, libros, cine, la parte de mi literatura que fue robada regresa a paso lento, quiero vivir y no hay muerte que haga sombra, quiero la libertad y no hay quien desee volverme preso, busco envolver mis sueños en un papiro y arrojarlo a las cañerías de mi ser mientras una mujer me muestra un boceto de lo que sería mi vida en familia. ¿Cómo pude olvidarlo? Como alguna vez escribí, amo mi soledad, pero me luce más una vida en pareja, pronto estaré de vuelta.

2: Escucho El drama musical de Wagner, me tiro en la cama y escucho, me alcanzo la cajetilla de cigarros, prendo el primero y escucho, me agrada saber que el vino está al alcance de la mano, retiro el corcho y escucho, descanso y escucho, no logro olvidar siquiera una nota, parezco grabadora al pie de una conspiración de sonidos caídos del universo. Escucho. Sigo escuchando, no puedo moverme, la melodía se va incrustando en las costillas, en la cabeza, en la razón, en cada parte de mi jodido cuerpo, y cuando despiertas ya es un noterón que empuja, abre y fulmina la línea de tu esquelético pecho, parece que va a salir y no sale, mientras comienza la implosión de emociones y sentimientos en lagrimales y demás contornos. Sigo escuchando, cual si fuera la única y última vez que sucederá la violación y ultraje a mi cuerpo. No tienes otra opción. A Wagner lo escuchas o lo escuchas. Escucho, no menos atento que al principio, y mientras escuchas, una mujer te quita la ropa, se encarga de las partes tangibles y visibles, aprovecha que te encuentras ocupado a cien por cien en interiores; pero tú escuchas, atento escuchas, y miras los soles por decenas, y la piel se agrieta en cada silencio, y estás a punto de reventar, y revientas, y te encaminas a tu propia muerte, y se termina el vino, y el cigarro, y esa maldita necesidad de revivir y repetir el acto. Estás muerto, sigues muerto, escuchas el respirar de Wagner en la oreja, te vuelves por un segundo y miras las notas despedazar lo que queda de tu cuerpo. Ya no hay nada qué hacer, solo sentirte muerto y escuchar…

3: El guardián entre el centeno, es sin duda una novela ampliamente recomendable para jóvenes que gustan de la buena literatura. Es un libro para despedirse de este mundo después de leerlo, en cada capítulo, el autor da muestras de una inmejorable descripción, en él se conjugan el resumen, la pausa y la elípsis, es una narración en extremo rica y exquisita, el personaje principal jamás se vuelve predecible, no cabe duda que el autor –no da pinceladas de una excelente literatura– sino que toda la novela es un hermoso brochazo de ingenio y elegancia, la inteligencia con que se trata la trama, te conduce a través de enormes centenos y te deja desnudo con un final expresado entre líneas desde que comienzas a leer el libro, los extremos de la narración se juntan, te convierten en su juguetito juguetón, en una piltrafa, en el mejor de los lectores. Si a esto le unimos, que ha sido un libro prohibido por algunos gobiernos, debido a que la mayoría de los asesinos en serie, suicidas, y sicópatas lo tenían en su librero, el libro toma aún más importancia. J.D. Salinger, ha escrito un libro, que habrá de dejarlo entrar por la puerta grande de la historia. Ahora el mundo es diferente, mi autopista ha cambiado de rumbo, las cosas se ven diferentes, las personas también lo son, la existencia de personajes como estos, me hacen andar por las calles de distinto modo, estoy idiota, pasará largo tiempo antes de poder levantarme de K.O, y volver a leerlo.

4: ¿Recuerdas la segunda vez que nos vimos a los ojos? Ese intento de querer ver aquello que los ojos ocultan, aquello que los ojos protegen; no fue suficiente una sola vez, para poder barrer temores, fuertes vientos, temblores, no fue suficiente para poder sumar tus dedos a mis manos, mis manos a tus brazos, tus brazos a mi cuello…
cuando lo que nuestras almas querían era verse a diario con las mismas ansias, ¿de qué nos sirvió amor? Si no fuimos capaces de atravesar el muro invisible de la desconfianza, si no hubo dedos índices para taparnos las bocas. Otra vez el aire frío se coló por las puertas, no pudimos defender aquella segunda mirada que surgió después de vernos, el amor inmenso que se ahogó sin dar el parte médico, no cruzamos la noche para pedir revancha, y cometimos el crimen de fallarnos a nosotros mismos, dime amor, ¿en qué hora de qué maldito día, dejamos de querernos?

5: Escriban sus comentarios, críticas y más críticas y nada de elogios a: [email protected] twitter: @Vidal_Evans

Compartir:
Etiquetas:
Relacionados
title
Hace 54 minutos
title
Hace 1 hora
title
Hace 1 hora
Se dice
/seDiceGift.png
Especiales Criterio
/transformacion.jpeg
Suscribete
/suscribete.jpg
Más popular
Política actual impide el desarrollo: Marivel Solís
Por Gerardo Ávila . 24 de mayo de 2016
Por Gerardo Ávila . 9 de agosto de 2017
Por Federico Escamilla . 12 de febrero de 2018
Por Gerardo Ávila . 30 de noviembre de 2015

© Copyright 2023, Derechos reservados | Grupo Criterio | Política de privacidad