Cuando concluya el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, México tendrá muchos pendientes. Pueden distinguirse dos clases de tareas para entonces. Primera, las de rectificación de algunas políticas implementadas por AMLO, varias de reconstrucción institucional. Segunda, la de atención de diversas problemáticas cruciales de México que, hasta donde puede anticiparse, no serán abordadas por la administración actual.
En la vorágine informativa que se vive en México, se presta atención al primer aspecto, esto es, señalar discrepancias con las políticas implantadas por AMLO. Los mejores ejemplos son la cancelación del NAIM, la eliminación de las estancias infantiles, la cancelación del Seguro Popular, el abandono de Prospera, la integración de la Guardia Nacional sin atención a los policías locales, las inevitables fricciones derivadas del hiperactivo Twitter del Presidente Trump, entre muchas otras. Por eso, lo que sigue se concentra en la segunda categoría, esto es, aquella problemática esencial de México que no está y, aparentemente, no será atendida por la administración actual.