Desastre Natural por Sequía
 
Hace (35) meses
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En diciembre de 2020, la Comisión Nacional del Agua, declaró desastre natural por agua en siete estados del noreste del país. Parecía que se estaba tomando el camino correcto frente a un problema que ya estaba recorriendo esa parte del país.

Sin embargo, el 80.4 por ciento del territorio nacional, se encuentra bajo alguna condición de sequía, lo que se traduce en un desastre natural por sequía con características mayúsculas y no solamente restringido a una región del país.

Desde esta perspectiva, la atención dada por la Comisión Nacional del Agua, es parcial e insuficiente, incapaz de ver la totalidad del desastre y por lo tanto incompetente para poder atenderlo.

Vale la pena mencionar que este ha sido considerado por la Sociedad Meteorológica Norteamericana como un período de clima anormalmente seco, algo que pudo, al menos indicar a la CONAGUA que las cosas podrían ser peor de lo que admitía.

Sin embargo, hasta ahora no se ha manifestado de manera real en torno al fenómeno, ir más allá implicaría reconocer el desastre natural por sequía, pero sobre todo reconocer la necesidad de hacer algo, planear y diseñar políticas de carácter emergente que permitan atender el desastre.

Entre otras cosas, los daños económicos y ambientales que la sequía representa y la forma en que serán abordados por la autoridad ambiental federal y local. La manera en que los ayuntamientos actuarán.

Los municipios, en este caso, más de 1500 de los 2643, se enfrentan al problema de la sequía, en su jurisdicción se están produciendo daños económicos, ambientales y se ponen en riesgo los derechos humanos de las personas.

A pesar de ello, las recomendaciones en torno a la sequía, por parte de la CONAGU, se reducen a la búsqueda de minimizar el uso de agua para riego agrícola y modificar algunos de los cultivos que se llevan a cabo.

Pero cuando de agua para el consumo humano se refiere, es bien poco lo que ha hecho, y este, el consumo humano, es el tema central en medio de la sequía.

Bueno, al menos se ha referido al sistema Cutzamala, el que a la fecha se encuentra cercano al 46.5 de su capacidad y que se usa para la Ciudad de México y una parte del estado de México.
Pero, solo eso, nada más que eso.

Los otros temas, los referidos a las diversas entidades públicas de la administración, también se encuentran silenciados, la seguridad en torno al agua, la forma en que este tema debe abordarse en favor de la gente.

En el caso del noreste del país, se han registrado enfrentamientos entre campesinos agricultores por el uso del agua, en otros lugares, se han desatado manifestaciones en demanda de agua para uso agrícola y, a pesar de ello, se ha mantenido el silencio.

Esto, el silencio, se desprende de la propia declaración de la CONAGUA, Pues, solo dice que “en cuanto a las acciones que personal de Conagua realiza en todo el país en auxilio a la población afectada por contingencias hidrometeorológicas o sanitarias, así como por la reducción o carencia del servicio de agua potable”.

Declaración en la que solo reconoce un problema de bajo almacenamiento y no una sequía que va de moderada a excepcional, no puede, frente a ello, sino reconocer que la institución y el gobierno han decidido guardar silencio.

A pesar de que en el mes de febrero la Subgerencia de aguas superficiales e ingeniería de ríos, afirmaba que 83 de las 210 presas que se constituyen como las más importantes del país se encontraban por debajo del 50 por ciento de su capacidad, lo que se traduce en una significativa pérdida de disponibilidad de agua para diversas actividades económicas, entre ellas, la disposición para consumo humano.

Esta baja en el almacenamiento de las presas, se expresa en un déficit de más de 7 mil millones de metros cúbicos de agua, lo que nos plantea, de manera plática, un desastre natural por sequía.

En este escenario, es fundamental la presencia de la autoridad y su capacidad para construir políticas emergentes que le den certeza a las personas que dispondrán de agua par las diversas actividades económicas que sostienen la economía de su comunidad, de su municipio.

El desastre natural por sequía, se ha extendido de manera inusitada por todo el país. La presencia de la autoridad responsable del tema, se ha evaporado tan inesperadamente como el agua de las presas en el país.

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