En las largas charlas que precedían a las entrevistas en razón de alguno de sus múltiples cargos que tuvo Efraín Arista dentro del PRI, marcaba de manera muy clara la diferencia entre un político con ética y un camaleón, aquel que sobrevive a partir de sus habilidades miméticas.
Y justo vino ese recuerdo al acudir de manera virtual al quinto informe. Lo vi de traje negro, muy bien planchado y una sonrisa discreta, como de complicidad, mientras extendía la mano y abrazaba a quien acusara de ser su enemigo.
Una vez más, el camaleón cambiaba de imagen y buscaba alcanzar ese tono moreno aunque el tinte castaño claro del cabello, no se lo permitía.
Ahora ungido como líder cameral, Francisco Javier salió a demostrar que en política no hemos avanzado en las dos últimas décadas, porque él sigue presente.
Todavía hay recuerdos de 2006, cuando ingreso a las instalaciones de la casona de Xicoténcatl, sede del Senado un día antes, y escondido en un almacén de artículos de limpieza, esperó paciente la sesión donde le tomarían protesta como senador de minoría y así gozar de seis años de impunidad ante la orden de aprehensión que nunca pudieron los judiciales hidalguenses cumplimentar.
Y por qué vale la pena fijarse en su actuar, pues porque ayer estaba peleado a muerte con el gobernante en turno y ahora no; porque ayer fue de distintos partidos, incluyendo Acción Nacional y ahora es morenista, en fin, es un camaleón pintado de muchos colores.
Por ello, el hecho de que aparezca en algunas encuestas como aspirante a la gubernatura por Morena pone los pelos de punta a cualquiera, tan sólo de pensar que podría ser elegido candidato.
Tal como van las insistentes encuestas que aparecen todos los días, la pelea por alcanzar la gubernatura está al interior de Morena, de ninguna manera con los otros partidos, porque aún todos juntos, en este momento les faltaría la simpatía de un doce por ciento del electorado.
Entonces, ahora hay que medir entre los prospectos de Morena, quién realmente tiene la altura política para sostener únicamente la aceptación que tiene, hasta este momento, ese partido entre los hidalguenses.
Julio Menchaca Salazar en su calidad de senador encabeza las preferencias; seguido de inexplicables figuras dentro de un movimiento de regeneración tal como Cuauhtémoc Fernández, Canek Vázquez y otros gatos menores que difícilmente podrían consentir al tigre popular. Entre ellos el cantante-político Francisco Javier.
Al menos tiene una holgura de hasta 22 puntos sobre el segundo lugar, que ocupan distintos personajes del PRI.
Ahora, es tiempo de fraguar equipos de acompañamiento que cuenten en su haber con triunfos en cada una de sus áreas. Quién no recuerda aquella fracasada campaña de un corazón parecido al del Chapulín Colorado y que su autor, ahora se presenta como líder estratégico de un candidato. O bien aquel equipo de prensa que tenía la capacidad de enviar hasta cuatro fes de erratas en un comunicado de apenas tres párrafos. Cuando existe un proyecto sólido debe existir inversión en capital humano y estratégico para garantizar los triunfos: la época del romántico pegar carteles y pintar bardas ya quedó atrás.
Nimiedades: La tercera candidatura fuerte ya comienza a fraguarse y trae suficientes recursos humanos y logísticos, dicen.
